Gabriel Otero

"Álvaro Obregón 142" es el título de la nueva reflexión del escritor Gabriel Otero. Narra una interesante de vida en en Ciudad de México

La Ley de Amnistía de 1993 fue la cobija ocultadora de ignominias y si hoy existiese una voluntad expresa de cicatrizar viejas heridas se abrirían nuevos procesos contra asesinos y secuestradores

A los Reyes, se les ha visto en el firmamento, se les ha escuchado hablar en lenguas extrañas preguntando por el niño Jesús, cargan dones y obsequios, son emisarios de la buena voluntad,

"Hay pueblos de besucones: argentinos, franceses, cubanos, españoles, italianos, rusos, judíos y árabes y razas inexpresivas: alemanes, ingleses y japoneses", define Gabriel Otero.

El árbol adornado y la navidad son manifestaciones expresas de lo kitsch, pero laépoca es maravillosa y pletórica de ilusiones.

Ser salvadoreño es ser de allá, o de acá, o de cualquier parte, camaleónicos nos mimetizamos por las circunstancias, vivimos de memorias y mitos

"Asegura Sergio Montes, fotógrafo profesional, que alguna vez fuimos delincuentes en potencia, se refería los miembros de la Generación 84 del Colegio Tepeyac", México.

Afirma el Génesis que Varona, creada de la costilla de Adán, fue la primera en comer del fruto prohibido, el mismo que Yavé había advertido no consumir en ninguna circunstancia porque abriría los ojos al saber.

"San Salvador hace 45 años era un lugar decoroso para vivir, la ciudad descubría sus alrededores y la avidez predatoria no estaba tan marcada como hoy": Gabriel Otero.

¿Pero qué dice la letra de El Carbonero?, en síntesis, trata de un personaje de orígenes humildes que baja de las cumbres cargando carbón de madera que venderá en las calles de pueblos y el mercado

El volcán es santuario ambiental, símbolo de encuentro del pasado, presente y futuro, ¿seguiremos deforestando nuestro patrimonio natural?

Sabemos cuándo, cómo y dónde nacimos por ser parte de la vida de alguien más, nuestros padres, quienes al unirse voluntaria o incidentalmente nos generaron dentro de su ciclo vital prolongándose en nosotros

Tanto “Pipope” como “Guanaco” son insultos, aunque sean asumidos de diversas formas, en el caso de los primeros no conozco a un solo poblano que le guste ser llamado así: Gabriel Otero

"Daguerrotipos", una serie de aleccionadoras anécdotas de infancia, es el titulo del nuevo texto que el escritor salvadoreño, Gabriel Otero, dedica a Gabito.

De niño mi meta en la vida era convertirme en futbolista profesional. Pasaba horas en el parque de la colonia acariciando ese sueño. Mi primera playera era igualita a la de la selección de Uruguay