sábado, 5 octubre 2024
spot_img
spot_img

Lanchacinema (primera parte)

¡Sigue nuestras redes sociales!

"Me provoca cierto dejo de nostalgia recordar la creación del Lanchacinema": Gabriel Otero.

spot_img

Por Gabriel Otero.

Me provoca cierto dejo de nostalgia recordar la creación del Lanchacinema. El concepto surgió en una charla entre Lourdes Pérez, directora del Bosque de Chapultepec; Rafi Farca, dueño de Autocinema Coyote; y yo, en aquel entonces jefe de Cultura, nos había impactado, años antes, la exhibición de Nosferatu, musicalizada en vivo en la Isleta del Lago Menor de la Primera Sección, adonde la Compañía Nacional de Danza escenificó, nada más y nada menos, la friolera de cuarenta temporadas del Lago de los Cisnes.

Las buenas ideas, por lo general, se derivan en otras mejores, la belleza expresionista de la obra cumbre de Marnau se paseó entre ahuehuetes y nos atrapó por completo, bastaba recordar la figura alargada del vampiro que se levantaba de su tumba entre el agua y los árboles, había sido una experiencia inmersiva del cuerpo y la imaginación. Pretendíamos ir más allá, como diría José Antonio MacGregor, uno de los académicos más respetados en gestión cultural en México, ofreceríamos experiencias inéditas y novedosas.

Nos preguntábamos ¿Qué pasaría si las lanchas ocupadas para el paseo dominical y los días de pinta estudiantil se utilizaran de butacas para ver una película? La idea era muy básica y por ello tenía altísimas probabilidades de ser exitosa, delineamos el proyecto y empezamos a involucrar a todo el equipo de Chapultepec, incluso tuvimos reuniones en lancha y medimos tiempos si se usaban lanchas de remo o de pedal, no se dejó nada suelto, los accesos en concordancia al número de personas por embarcación, todo se contempló.  

Investigué si en algún momento se había hecho algo similar en el mundo, lo único fue la exhibición de la Vida de Pi en Paris, en la que habían introducido lanchas en una alberca para darle un efecto real a la película, algo así como el famoso sensurround setentero, y el megaconcierto de Pink Floyd en Venecia, del que los lugareños se habían quejado por los destrozos causados por las multitudes.   

Transcurrían los últimos meses de 2013 y las labores en Chapultepec nos absorbían, organizamos dos eventos con Rafi Farca, entre ellos un ciclo de cine de terror en el Altar a la Patria en Miquixtli, el Festival de Día de Muertos, y el espectáculo Animalik del músico Felipe Pérez Santiago con el ensamble Malah’k en la Fuente Nezahualcóyotl.

Pospusimos, entonces, el inicio de Lanchacinema, y dada la cantidad de gente que esperábamos y que las lanchas eran limitadas decidimos hacer un híbrido: se usaría la Isleta y el templete para colocar sillas y la pantalla se montaría enfrente dejando una porción central y lateral del lago, no había ningún muelle, el abordaje se haría a un costado de la oficina de Lagos en la Calzada de los Poetas y el acceso a las sillas en la parte posterior de la Isleta. 

El marco ideal para programar la primera función fue el Festival Chapultepec de mis amores que se llevaría a cabo del 14 al 16 de febrero de 2014. Rosario Borbolla, la primera Comunity Manager del Bosque de Chapultepec y creadora de las redes de este sitio, tendría un papel fundamental en la difusión del Lanchacinema y en organizar la votación de la película que se exhibiría.

¡Hola! Nos gustaría seguirle informando

Regístrese para recibir lo último en noticias, a través de su correo electrónico.

Puedes cancelar tu suscripción en cualquier momento.

Gabriel Otero
Gabriel Otero
Escritor, editor y gestor cultural salvadoreño-mexicano, columnista y analista de ContraPunto, con amplia experiencia en administración cultural.

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

spot_img

También te puede interesar

spot_img

Últimas noticias