Los resultados preliminares de los comicios presidenciales del pasado domingo 26 de noviembre, arrojaron con el 80% de las actas escrutadas la tendencia irreversible...
Un discurso insulso, des-ideologizante, des-partidizante, des-clasado, pretende abrirse paso en la conciencia política colectiva de la ciudadanía salvadoreña. Como si la sociedad tuviera que...
Sea quien sea que gane las próximas elecciones presidenciales en 2019, enfrentará la misma situación y ya sabemos cómo actuaría la derecha ante esto: más privatizaciones en beneficio del reducidísimo sector empresarial, despidos masivos en el sector público, eliminación del gasto social (subsidios) y aumento al IVA. Punto
Según todas las encuestas publicadas en días recientes, ¿cuál es la principal preocupación de los salvadoreños/as? La inseguridad. ¿Y qué hizo el Presidente Sánchez?, lanzar fuerzas disuasivas del ejército y PNC en el área metropolitana aunque, como es sabido, con artillería no se combate al crimen en la ciudad.
Los microbios, de alguna y muchas formas son capaces de ver más allá de sí mismos para enfrentar otras realidades y subsistir. Se agota su hábitat, se reproducen y luchan por encontrar nuevas condiciones.
El alcalde capitalino dijo el viernes 8 de septiembre en Washington que "El Salvador no tiene presidente y cuando estuvo Mauricio Funes, también tuvimos un mal presidente, pero había uno"¦ ahora no hay presidente".
Optometrista de profesión pero con estudios en sociología y filosofía, fue influenciado por la teología de la liberación y la "compañía de Jesús", que lo condujeron a involucrarse en las Fuerzas Populares de Liberación "Farabundo Martí" en el trabajo diplomático
Óscar Arnulfo, no nació mártir, ni santo. Nació humano que , dependiendo la perspectiva, tuvo virtudes y defectos, como todos/as. Tuvo el privilegio de la educación, superior. Y al cobijo de su familia optó por la carrera de la religión. Viajó y vio el mundo, otro privilegio.
En el ocaso de la dictadura de Somoza en Nicaragua, el coronel Pedro León Rivera Amaya fue el último responsable de las tropas presidenciales de la Guardia Nacional encargadas de la defensa de Managua, antes de sucumbir ante el avance del Frente Sandinista de Liberación Nacional en 1979.
Fue un conflicto político fratricida, una verdadera guerra civil interna, municipio a municipio, pueblo a pueblo. Local a local. Estructuras paralelas que provocaron no en pocas ocasiones que volaran sillas, empellones e insultos.