Óscar Arnulfo, no nació mártir, ni santo. Nació humano que , dependiendo la perspectiva, tuvo virtudes y defectos, como todos/as. Tuvo el privilegio de la educación, superior. Y al cobijo de su familia optó por la carrera de la religión. Viajó y vio el mundo, otro privilegio.
El estado de cosas le era cómodo. Destacó en él. La oligarquía le abrazaba. Lo ensalzaba. Realizaba ritos católicos a domicilio, en las amplias mansiones de quienes creían poseerlo todo en esta tierra, o al menos en este país.
No fue la lectura bíblica, ni las homilías de sus colegas sacerdotes progresistas quienes influyeron en su transformación. No. #Romero ya era autoridad en esos temas. Lo que influyó en Romero fue la realidad misma, desde donde se extrae toda teoría y todo pensamiento.
Romero se enlodó en ella. Se impregnó del "tufo a pueblo" cuando sus colegas y hermanos sacerdotes fueron asesinados por la sinrazón. Su pensamiento entró en crisis. Y una persona intelectualmente brillante como él comprendió que debía romper sus paradigmas y actuar a la altura de las circunstancias. Entendió -quizá tardíamente- que el destino de los demás, de la inmensa mayoría pobre en esta tierra, era el suyo propio.
La conducta de Romero, fue resultado de la suma de sus íntimas contradicciones. Esa es su grandeza humana. Hay quienes, intentan despojarlo de tal condición y hasta anular las causas de su asesinato. Lavan su imagen. La potabilizan. La enjuagan con lejía. La secan al sol, intentando alejar el compromiso que Romero adquirió para luchar contra las causas de la injusticia social, que aún prevalecen.
Propios y extraños, quienes le amaron y quienes le denostaron, ahora le llaman "beato" y será en breve proclamado "santo". El ejemplo de Romero es universal. ¿Habría querido Romero verse en una estatua o estampilla?. No lo sé. Lo dudo mucho. Interpreto que él vivió y luchó por la justicia social, aquí en la tierra, como en el cielo.
Que su vida en la tierra sea ejemplo e inspire, eso es lo que pienso que quiso. Más que una religiosa figura "santa" e inalcanzable, Romero, ante todo, nos mostró, me enseñó… a ser …humano.