miércoles, 15 mayo 2024
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Elogio de la brevedad

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"El mejor elogio de la brevedad es un texto corto y contundente, con estilo e imaginación": Gabriel Otero.

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Por Gabriel Otero.

Por enésima vez la brevedad es merecedora de elogios. Esta no es la excepción. Los columnistas y cuentistas congruentes la establecen como la aspiración máxima, el fin postrimero de cualquiera que se dedique a comunicar con concisión, precisión y claridad, la economía de palabras sin adornos y cascajos. Me refiero a la congruencia como cualidad estilística.

Hay decenas de textos sobre la brevedad, algunos con estilos rimbombantes escriben sobre lo que les resulta ajeno, asumen poses académicas y en sus afanes ilustrativos hacen el ridículo con sus enumeraciones de autores y abundancia de citas, entre tanto fuego artificial se extravía la idea principal, el resultado es soporífero y uno, de inmediato, deja de leer.

Otros pretendidamente populares, sobre todo en El Salvador y no referidos específicamente a la brevedad, hacen gala del lenguaje coloquial pero sus construcciones sintácticas carecen del mínimo de corrección, son pastiches imposibles de leer, son malas imitaciones de los estilos de Salarrué y Roque Dalton que no sobrepasan un nivel de escritura elemental. El “pusiesque” es una de sus tantas y agotadas muletillas, recuerdo cuando menos a tres columnistas que iniciaban sus textos de la misma forma.

Yo abogo por despojarle la paja al estilo, que la palabra fluya con toda su belleza y que una buena columna sea fundamental, que cada concepto no sobre ni falte, con la imprescindible puntuación marcando pausas y silencios cual partitura. 

Por otra parte ¿será mucho pedir? que un ensayo esclarecedor retome las características de los textos de Montaigne. ¿Habrá forma que, en las alturas de la poesía, solicitarles a los poetas que ya no escriban igual? Porque al leer a uno se lee a legiones, y yo no sé si sea el signo de los tiempos o simple hueva estilística y mimética, o peor aún, ausencia de estudio y desconocimiento del oficio.

¿Será un exceso glorificar a Basho y al haiku? ¿serán 17 sílabas las que abarquen el universo? Y es que la brevedad es una característica de  mentes lúcidas, por eso “cuando despertó el dinosaurio todavía estaba ahí” refleja la síntesis de la obra de Augusto Monterroso

Y el mejor elogio de la brevedad es un texto corto y contundente, con estilo e imaginación.

La brevedad merece algo más que loas y un tuit.

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Gabriel Otero
Gabriel Otero
Escritor, editor y gestor cultural salvadoreño-mexicano, columnista y analista de ContraPunto, con amplia experiencia en administración cultural.

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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