martes, 14 mayo 2024

No ser empresarios con ideas obsoletas

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Ante la amenaza latente del cambio climático las empresas están obligadas a dar un giro de cambio de 360 grados, si quieren subsistir en un mundo competitivo no pueden darse el lujo de ser satanizadas como: Empresas sin conciencia ambiental y sus dueños como empresarios con ideas obsoletas. Los empresario de este tiempo, deben abrirse y escuchar el clamor del medio ambiente y de consumidores consientes,  hasta llegar al punto del convencimiento por cambiar y eso llevará a  transformar su filosofí­a empresarial, misión y visión; valores.

¿Qué huella de carbono deja tu empresa al medio ambiente?  Es la primera pregunta que deben hacerse. Un empresario convencido debe revisar lo siguiente: Su factura de energí­a. Cuanto es el gasto de energí­a operativo y productivo que tiene la corporación. Si hay demasiado gasto energético, que alternativas limpias ofrece el mercado, una opción es la inversión en energí­a fotovoltaica que hoy está en boga. Si el proceso productivo conlleva a la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera, valorar y analizar  si existe una alternativa viable y sustentable para aminorarlas. En términos de logí­stica, si la flota de transporte contamina, sale a horas pico cuando hay mayor emisión y carga a la atmósfera y si se usan horarios más descongestionados para hacerlas.  Si a nivel industrial  existe mayor rendimiento en el uso de residuos o desperdicios.  Si se está implementando un programa de separación y reciclaje en todas las áreas de la empresa. Respecto a la calidad de agua, que tan tratada regresa el agua de las industrias a los caudales naturales que al final llegan al océano.

¿Qué programas tienen los empresarios  sobre  innovación en empaques  eco amigables que dañen menos el entorno y los ecosistemas, programas educativos cuya inversión impulse a los niños y jóvenes de las comunidades cercanas?  ¿Qué hace la empresa por fortalecer y llevar el desarrollo social  a la comunidad donde se sitúa?  Vale la pena que el empresario se haga este tipo de evaluación heurí­stica para evitar seguir siendo una empresa con acciones arcaicas. El empresario con ideas obsoletas se aferra a un egoí­smo peligroso para la comunidad, donde un desastre ambiental no parece importarle y mucho menos la amenaza del cambio climático. Miremos el caso de hace algunos  años  donde una empresa no midió el daño que el plomo hací­a  a la salud humana (Comunidad del Sitio el Niño) por medio del agua  y pese a esa situación siguieron fabricando baterí­as para carros sin reflexionar sobre  el grave daño. O algunas industrias en Soyapango  que vierten aguas sin tratar al rí­o Acelhuate, porque ya se resignaron a que el rí­o  está muerto ambientalmente.  Un empresario no puede tener el mismo patrón cultural de toda la población, por medio de sus conocimientos debe  llevar un cambio positivo a la comunidad, que sus procesos productivos no hagan mayor daño a su entorno y su huella de carbono se reduzca.

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Carlos F. Imendia
Carlos F. Imendia
Comunicador, publicista y mercadólogo salvadoreño; columnista y colaborador de ContraPunto
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