El ministro de Agricultura y Ganadería, Orestes Ortez, manifestó recientemente que El Salvador continua dando pasos importantes en la capacidad de adaptarse al cambio climático.
Según Ortez, el país reflejó un aprendizaje y un esfuerzo por lograr la resiliencia tras el impacto del huracán Mitch en 1998. “El país ha mejorado su capacidad de adaptación en el tema de cultivos, ha empezado a invertir y a construir en esta línea”, dijo.
El Salvador enfrenta una vulnerabilidad crítica a los desastres climáticos. Según el Global Facility for Disaster Reduction and Recovery (Mecanismo Mundial para la Reducción y Recuperación de Desastres), casi el 90% de su superficie se encuentra en riesgo por los eventos de esa naturaleza, el 95% de su población vive en zonas de riesgo y el 96% de su producto bruto interno (PBI) se genera en estas zonas.
Sólo en tres años, los eventos relacionados con el clima produjeron pérdidas y daños por $1.3 mil millones de dólares.
Actualmente se ha trabajado en más de 43 mil metros de acequias en diversos municipios, compartiendo técnicas para la resiliencia. Uno de los mayores retos es prepararse con infraestructura para afrontar inundaciones y controlar el hongo en los cultivos cuando hay exceso de humedad.
El funcionario compartió que el CENTA ha realizado estudios de suelo para conocer la estructura y estado de nutrición. “Estamos trabajando en otras tecnologías de semillas adaptables al cambio climático”, acotó.
Insertarse en el escenario actual exige a los productores y agricultores que apuesten a las bondades de la tecnología. Actualmente son 104 municipios que forman parte del corredor seco del país, en estos lugares es inminente poner más atención y concentrar esfuerzos, por ser las zonas más vulnerables al impacto de la sequía.
Preliminarmente y a unas semanas de haber iniciado el invierno, Ortez indicó que la cosecha de las primeras siembras será muy buena y se prevé que haya 12 millones de quintales de maíz producidos. Según pronósticos, se espera una canícula a finales de julio y la primera semana de agosto que durará entre 8 a diez 10. Hasta el momento es la única anomalía que se prevé.
Por otro lado, según el centro de pronósticos, hay una perspectiva de fenómeno de la niña y hay un 75% de probabilidad de que inicie en el mes de agosto. Toda Centroamérica estaría bajo la influencia de este fenómeno.