lunes, 15 abril 2024

Revisar la guerra y los acuerdos de paz: un compromiso con la verdad y la justicia

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Lo que quizás quiso decir el presidente Nayib Bukele al declarar que “la pasada guerra civil y los acuerdos de paz fueron una farsa”, es que la población habría sido estafada por las cúpulas de izquierda y derecha para lanzarse a una guerra cruel, y que los acuerdos de paz fue una negociación entre dichas cúpulas para beneficiarse ellas mismas, en otras palabras, el pueblo sería aquí una víctima de una cruel manipulación por parte de dos cúpulas sin escrúpulos.

La declaración del presidente ha causado mucha indignación entre personas que sufrieron la guerra y que tienen la íntima convicción que, la pasada guerra fue justa y necesaria porque desembocó en unos acuerdos de paz que lograron la democratización de nuestro país y el fin de la represión militar.

El historiador Yuval Noah Harari nos dice un rasgo muy interesante de la psicología humana, ese rasgo consiste en que las personas tenemos la necesidad de darle sentido a nuestros sacrificios y sufrimientos, por lo tanto, entre más nos sacrificamos y suframos en nombre de un objetivo o idea, más nos convenceremos de la nobleza y necesidad de realizar ese objetivo o idea. Porque asumir que el objetivo o idea por lo que tanto hemos sufrido y sacrificado están equivocados o fueron una farsa, implica reconocer que nuestros sufrimientos y sacrificios no tuvieron sentido, y eso produce un impacto psicológico grave.

Por eso ha habido mucha indignación por las declaraciones del presidente Nayib Bukele. Porque es decirle a las personas que sufrieron y se sacrificaron en la guerra por tener la íntima convicción de que la dicha guerra era necesaria, que sus sufrimientos y sacrificios no tuvieron sentido y que pudieron haberse ahorrado tanto dolor

Juzgar un pasado algo ya lejano desde el presente, es siempre algo muy problemático. Porque se puede caer en la injusticia de culpar a individuos o grupos humanos del porqué no actuaron de otra forma. Hay que siempre tomar en cuenta que quizás las condiciones propias de la época que se juzga, difícilmente permitían que se vieran las cosas de manera diferente para actuar de manera diferente. Sin embargo, siempre está abierta la posibilidad de que probablemente hubo individuos y grupos que sí quisieron a actuar de manera diferente para darle otro rumbo a la historia, pero otros individuos y grupos no lo permitieron.

El historiador Yuval Noah Harari también nos da a entender que cuando miramos sucesos históricos en retrospectiva, estos nos pueden parecer inevitables, pero la historia es caótica y no determinista, por lo tanto, los tipos de hechos que ocurrieron no necesariamente tenían que ocurrir, bien pudieron  haber ocurrido hechos diferentes.

Quienes asumen que la pasada guerra que desembocó en los acuerdos de paz que hemos conocido, fue algo inevitable o necesario, podrían estar cayendo en esto que  podríamos llamar  “ la ilusión de la retrospectiva “. Cierto es que la pasada guerra desembocó en unos  acuerdos de paz que trajeron la democracia, el fin de la represión militar y otras importante reformas institucionales y jurídicas, pero el hecho que todo esto haya sucedido así, se  debe  a una casualidad, porque la historia es caótica y pudo haber tomado rumbos diferentes. Por ejemplo : Existió  la opción de terminar la guerra en 1984 y llegar acuerdos en ese mismo año , bien se pudo quizás evitar la guerra   logrando  resolver la  conflictividad político social a finales de los 70, por medio del  golpe de estado y la instauración de la Junta Revolucionaria de gobierno que pretendía evitar la guerra con reformas profundas . Pero quiso  la casualidad que triunfaran  quienes querían la guerra, tanto de la izquierda como de la derecha

Se necesita un revisionismo histórico que  amplíe y que haga más  complejo  el debate acerca de la guerra y los acuerdos de paz, porque hay que  identificar las posibilidades, individuos o  actores políticos que pudieron darle otro rumbo a nuestra historia, que pudieron haber logrado  de manera pacífica o menos violenta la democratización y reformas que nuestro país necesitaba, pero por azares de este caos que llamamos historia, no lo lograron.

En ningún momento se busca minimizar ni negar el sufrimiento y dolor que causó la guerra. La reparación moral y legal de las víctimas de violación de los derechos humanos debe  mantenerse  en pie, sean cual sean las  conclusiones que el revisionismo histórico llegue acerca  de la pasada guerra y los acuerdos de paz.

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Mario Mejía
Mario Mejía
Artista salvadoreño y columnista de ContraPunto.
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