martes, 14 mayo 2024
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Lo de México y lo de Guatemala

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Separar Estado y oligarquí­a allá, restaurar a la oligarquí­a aquí­

Una de las ideas centrales de López Obrador ha sido la de la necesidad de separar al Estado del poder económico oligárquico. Esta relación, dice, es la causa de los males de México. No es que la causa sea sólo la corrupción de los polí­ticos; lo es básicamente la corrupción del sistema económico, porque éste tiene de rehén al Estado. Por eso repitió mucho que acabando con la corrupción se podí­a remediar todo lo demás, pero entendiendo por corrupción esta nefasta relación de dependencia entre el poder económico oligárquico y el Estado mexicano. Así­ como el liberalismo separó al Estado de la Iglesia, ahora se hace necesario separar al Estado de la oligarquí­a, asumiendo la plena y soberana autonomí­a de lo público, que es lo que hace que un Estado sea poderoso y fuerte aunque sea pequeño, y es la base para volverlo eficiente y probo. El principio polí­tico de separar al Estado del poder económico oligárquico es aplicable a casi toda la América Latina, y es el cimiento de la recuperación del papel social del Estado en materia de salud, educación, servicios, seguridad, justicia y demás.

Por eso, en sus declaraciones luego de entrevistarse con Peña Nieto, dos dí­as después del triunfo arrollador de MORENA, AMLO dijo que “El Estado dejará de ser un comité al servicio de una minorí­a y representará a todos los mexicanos, ricos y pobres”. Y fue más lejos afirmando que será un Estado popular al agregar que “Escucharemos a todos, pero daremos preferencia a los más humildes y a los olvidados, en especial a los pueblos indí­genas de México”. Esto será consecuencia de separar al Estado de la oligarquí­a.

También indicó que “En polí­tica exterior se volverán a aplicar los principios de no intervención, autodeterminación de los pueblos y de solución pací­fica de las controversias. Con el gobierno de EEUU buscaremos una relación de amistad y cooperación para el desarrollo, siempre fincada en el respeto mutuo y en la defensa de nuestros paisanos migrantes”. Esto significa un no alineamiento sumiso a la geopolí­tica regional, y hacer valer la soberaní­a de México y su derecho a la autodeterminación según el interés nacional, no según el interés corporativo transnacional.

En Guatemala no se percibe nada parecido para las próximas elecciones. Al contrario, todo indica que derechas e izquierdas oficiales se volcarán —alegre y oportunamente ¡unificadas!— hacia el plan geopolí­tico y la restauración oligárquica en marcha. Dando —eso sí­â€” una apariencia de progresismo tibio en el que el ventrí­locuo mayor será el Pollo Matrero, y su muñeca-presidenta una señora de enorme peso (mediático). Esto, a menos que algo insólito ocurra en el seno del pueblo campesino y se expanda al pequeño empresariado indí­gena y las capas medias rurales. Así­, la cosa cambiarí­a. Y mucho.

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www.mariorobertomorales.info

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Mario Roberto Morales
Mario Roberto Morales
Escritor, periodista y catedrático guatemalteco; ha sido Premio Nacional de Literatura de Guatemala. Ha escrito novelas, cuentos y ensayos

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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