Por Gabriel Lerner
El proyecto económico que acordó el senador demócrata conservador Joe Manchin de West Virginia con el jefe de la bancada mayoritaria Chuck Schumer es nuestra última gran oportunidad para confrontar las peores manifestaciones del cambio climático que ya llegó a nuestras puertas.
Se trata de un esfuerzo de último momento, después de que el mismo Manchin hiciera fracasar un proyecto económico anterior, mucho más ambicioso y costoso que el que actualmente se negocia.
Una sombra del paquete de Biden
El nuevo lenguaje es una mera sombra de aquel paquete de 3,5 billones de dólares presentado por el presidente Joe Biden.
Este proyecto de ley sobre el clima, los impuestos y la atención médica destina $370,000 millones a gastos de energía y clima y $300,000 millones en reducción del déficit.
De aprobarse el proyecto económico de ley, promovería la reducción de las emisiones de gases de invernadero en 40% para 2030. Extendería los créditos fiscales para vehículos eléctricos, que estaban a punto de expirar; otorgaría nuevos créditos impositivos a consumidores que instalen energía solar; pagaría por la reducción de contaminación en comunidades de bajos ingresos; invertiría en la generación de energía limpia, incluyendo su almacenamiento.
Por otra parte, facultaría a Medicare para negociar los precios de ciertos medicamentos especialmente costosos y sancionaría a las farmacéuticas si aumentan sus precios más que la inflación.
Además, el proyecto económico de ley impondría en buena hora un impuesto mínimo de 15% a las corporaciones, por $313,000 millones en una década.
El destino del proyecto económico
En el Senado, hay paridad entre republicanos y demócratas, siendo el fiel de la balanza la vicepresidenta Kamala Harris.
La bancada depende de cada voto, ya que la oposición republicana al proyecto es amplia.
Para avanzar la legislación tan urgentemente necesaria para el futuro de la sociedad, los demócratas necesitan a otra senadora conservadora, Kirsten Sinema de Arizona, y esperan convencer a algunos republicanos.
Afortunadamente, Sinema, después de una semana de expectativas y tensiones artificialmente cultivadas, anunció el 4 de agosto que apoyará la medida.
El proyecto económico no es perfecto. Para aplacar a Manchin y buscar algún apoyo republicano, se sustrajeron la mayoría de los programas sociales, como el pre kínder universal y disminuir el costo del cuidado infantil.
Los cambios obligatorios de Manchin
Desaparece la nueva licencia extendida por enfermedad y por familia, así como el aumento y extensión del crédito fiscal por cada hijo; los servicios de atención domiciliaria para personas mayores o discapacitadas; el tan esperado aumento de comidas para niños en las escuelas…
La legislación original suministraba viviendas asequibles para personas de bajos ingresos, para su venta o alquiler, bajaba el costo de la educación en colegios comunitarios, financiaba la educación laboral y mucho más.
Todo eso ha caído de la legislación.
Sin embargo, el proyecto de ley por aprobar constituye un importante paso adelante y debe ser aprobado a la brevedad.
Esta es la última semana de sesiones antes del receso del Senado, después del cual será demasiado tarde para la legislación, ya que se vienen las elecciones nacionales de noviembre, en las que se estima que los demócratas perderán su de por sí endeble mayoría en el Congreso. El tiempo apremia.
Tomado de HispanicLA.com