sábado, 27 abril 2024
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De Manchukuo a Quito: los sinuosos caminos de la diplomacia

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"¿Qué habrá detrás de la abstención actual? No cabe duda que de Manchukuo a Quito hay un sinuoso camino de la diplomacia": Gabriel Otero.

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Por Gabriel Otero.

Un entrañable amigo ecuatoriano con el que vivimos en la calle de Pestalozzi de la colonia del Valle, durante nuestra época de estudiantes, envió por Whatsapp un mensaje extraño el sábado posterior al allanamiento de la embajada de México en Quito.

Se refería al considerado “intervencionismo” del presidente mexicano al opinar sobre política ecuatoriana. Algunos sectores sociales enfurecieron debido a que los Estados Unidos Mexicanos habían otorgado asilo al exvicepresidente Jorge Glas después de meses de tensiones.

Glas salió de la cárcel en noviembre de 2022, después de cumplir parcialmente su condena acusado de asociación ilícita y cohecho agravado y haber obtenido la condición de libertad provisional mediante el recurso de habeas corpus.

Ciertamente la edad vuelve conservadores a algunos, pero justificar una agresión que es causal de declaratorias de guerra, además de insano es un despropósito. Resolví contestar el mensaje de mi amigo, porque soy de los que creen que la amistad rebasa coyunturas e ideologías.

Fui mesurado, solo manifesté que las declaraciones del presidente mexicano no eran motivo para medidas atroces como las del gobierno de Ecuador.

Los días subsecuentes me dediqué a investigar todo lo que pude sobre el tema. De las tomas violentas de embajadas existe una docena de antecedentes, la más famosa fue de la de España en Guatemala ocurrida el 31 de enero de 1980, bajo el gobierno del general Lucas García que produjo 37 muertos. (1)

Cuando la embajada de Estados Unidos en Irán fue tomada por estudiantes ortodoxos, el 4 de noviembre de 1980, no hubo desalojo, y tras una larga negociación de 444 días liberaron a 52 rehenes.

Pero en ningún caso, la milicia o autoridades policiacas se habían llevado un asilado, transgrediendo la inviolabilidad de un territorio extranjero, sentando precedentes no deseados en la diplomacia y convenciones internacionales.

México es la economía número 14 en el mundo, posee una tradición diplomática extensa fundamentada en la doctrina Estrada y en los principios de no intervención en los asuntos de otros países. Una postura respetable que tuvo sus baches en los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón, con el ya famoso “comes y te vas” dirigido a Fidel Castro.

En la semana posterior a la toma de la embajada las condenas de todos los países latinoamericanos colmaron los medios y la agenda política, en una reunión de la OEA, la reprimenda pública hacia Ecuador fue unánime, el único que se abstuvo de censurar el hecho fue El Salvador.

Esa postura llamativa despertó mis incógnitas: en las últimas dos décadas el servilismo diplomático salvadoreño se adhería a la voluntad de Estados Unidos e incluso mandó tropas a Irak y Afganistán, y este síntoma de independencia era digno de indagar.

Recordé la invasión japonesa al territorio de la Manchuria en China y la fundación del país de Manchukuo el 18 de febrero de 1932, que fue gobernado por el último emperador chino, el legendario Pu Yi, exiliado de la Ciudad Prohibida.

Manchukuo, fundado en un territorio ocupado, tuvo una vida breve, no obstante los únicos países que lo reconocieron por las vías diplomáticas fueron Italia, Alemania, República Dominicana y El Salvador, cuando era gobernado por el general Maximiliano Hernández Martínez.

Antes de la Segunda Guerra Mundial, el general Hernández Martínez profesaba abiertamente sus simpatías por el fascismo, y Estados Unidos con su política del buen vecino lo obligaron a someterse a los designios occidentales.

Y no es que la diplomacia salvadoreña se haya caracterizado históricamente por su peso o brillantez, sino que ha funcionado como voto satélite cuando es requerido.

Me surge la duda si El Salvador sancionó la toma de la embajada de España en Guatemala en 1980 o simplemente se calló en foros internacionales por simpatizar con los regímenes militares de aquel país.

¿Qué habrá detrás de la abstención actual? No cabe duda que de Manchukuo a Quito hay un sinuoso camino de la diplomacia.


(1) https://lasillarota.com/nacion/2024/4/11/estos-han-sido-los-otros-asaltos-violentos-embajadas-ademas-del-caso-mexico-ecuador-477961.html)

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Gabriel Otero
Gabriel Otero
Escritor, editor y gestor cultural salvadoreño-mexicano, columnista y analista de ContraPunto, con amplia experiencia en administración cultural.

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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