Los miembros y organizaciones que conforman VIDAS- Víctimas Demandantes, condenaron el ataque incendiario contra la imagen de la Sangre de Cristo, símbolo religioso y cultural de la feligresía nicaragüense venerado en la catedral de la capital del país al cual llegó ‒procedente de Guatemala‒ en 1638.
Para el arzobispo de Managua, cardenal Leopoldo Brenes, el atentado terrorista se suma a otros hechos sacrílegos reflejo del odio hacia la Iglesia católica y su obra evangelizadora.
“Este hecho nos hizo recordar cómo en las décadas de 1970 y 1980, en El Salvador los criminales uniformados integrantes de los mal llamados “cuerpos de seguridad” y de los “escuadrones de la muerte” también emplearon los mismos métodos para callar la “voz de los sin voz”, como se ha definido a nuestro santo Óscar Arnulfo Romero y Galdámez, como parte de su inclaudicable defensa de las víctimas de graves violaciones de sus derechos humanos y otras injusticias que lesionaban su dignidad, así como la del conjunto de nuestro pueblo”, indicó VIDAS a través de un comunicado.
Además, recordaron la profanación del templo parroquial de Aguilares en junio de 1977.
La iglesia martirial de El Salvador la constituye una larga lista de laicos, laicas, sacerdotes, seminaristas y religiosas, que por el hecho de oponerse a la injusticia social y las acciones violentas de los poderes económico, político y militar fueron víctimas de torturas, desapariciones forzadas, ejecuciones arbitrarias y otras graves vejaciones, antes de y durante el conflicto armado salvadoreño.
Es por esos que las y los familiares de mártires por su fe aglutinados en Víctimas Demandantes (VIDAS), queremos elevar nuestro grito solidario de protesta: ¡Basta ya de perseguir a la Iglesia católica en Nicaragua! Asimismo, exigimos sanciones ejemplares para los ejecutores y los ideólogos de los hechos criminales y terroristas ejecutados en perjuicio de los templos en ese sufrido país centroamericano.