Aunque es claro que el periodismo ciudadano está derrotando a la prensa tradicional ante nuestros ojos, por ignorancia, ingenuidad o malicia, el statu quo salvadoreño parece no reconocerlo. Forbes lo ha identificado, las redes sociales se están convirtiendo en el quinto poder. Si bien las religiones, los servicios de citas amorosas y empresas comerciales llevan casi tres décadas usando plataformas cibernéticas de comunicación para promover sus productos y crear y/o generar demanda para estos, en política ha sido Barack Obama quien vanguardizó el uso de las redes sociales y la tecnología en su campaña para ganar la presidencia en febrero del 2007. Después de su efectivo uso en Estados Unidos, las redes sociales han sido el medio de agitación política en muchos países incluyendo Brasil, Chile y Venezuela. Algunas de las plataformas de comunicación han ido más allá de la agitación y han sido utilizadas en la convocatoria y organización de sucesos insurreccionales en el norte de ífrica y el medio oriente. El último testimonio del poder y potencial de las redes sociales es la reciente deposición del ex presidente Robert Mugabe, quien después de ser héroe de la independencia de Zimbabwe pasó a ser un represor de su mismo pueblo. De nada le sirvió restringir el uso de las redes sociales que lo desenmascaró, esta semana fue obligado a dimitir.
Considerando que Obama inició el uso de las redes sociales 21 meses antes de las elecciones del 2008, los candidatos de El Salvador ya deberían tener por lo menos un sitio o una página Web para sus candidaturas y no estar esperando que sus compañeros de partido decidan su candidatura y/o los propongan sin elecciones primarias. Pero la mayoría de dirigentes políticos aún no ven la utilidad que las redes sociales pueden tener en sus propias campañas y prefieren demonizarlas como otrora hicieran los viejos con el pelo largo de los grupos de rock que arrullaron su juventud. Ojala esa visión mejore, porque el uso de teléfonos celulares inteligentes y otros dispositivos con acceso a internet en El Salvador es superior incluso al de muchos países donde estos han tenido impacto en la comunicación política. La otra opción puede ser restringirlas, reprimiendo la creatividad que toma auge entre los jóvenes dentro y fuera de El Salvador, que además de ser imposible podría tener consecuencias nefastas en términos económicos y la relación con su aliado del norte que tiene por lo menos un millón de ciudadanos de origen o ascendencia salvadoreña que vota y por lo menos dos millones de remesantes.
Focalizando en 15 redes sociales, Barack Obama derrotó no solo a Hillary Clinton la candidata más poderosa que haya tenido el partido demócrata, durante las elecciones primarias, sino a su contrincante republicano senador John McCain un héroe veterano de guerra, en las generales. Además de ganar el voto popular y el colegiado, Obama se reeligió y aún mantiene popularidad entre la población estadounidense, manifiesta en las redes sociales. Según la revista The European Business Review, con 2 millones de perfiles, usuarios y voluntarios reclutados, la Campaña de Obama planificó 200,000 eventos, escribió 400,000 publicaciones blog y creo 35,000 grupos de voluntarios. Además, recaudó $639 millones entre 3 millones de donantes. Colateralmente, voluntarios en MyBO, un sitio que generó $30 millones en 70,000 páginas Web personales, con los cuales 6.5 millones de donaciones reunieron $500 millones. Los políticos tradicionales, dice el reporte, se enfocan típicamente en conseguir votos y dinero. Los esfuerzos del Equipo de Obama se mantuvieron en un tercer elemento: tiempo, participación e incorporación.
Si la experiencia Obama con las redes sociales no ilustrara con suficiencia su rol legal, legítimo y efectivo en comicios electorales, la elección de Donald Trump quien utilizó con una sencilla y escueta habilidad a la prensa tradicional a través de sus frases de madrugada en la plataforma Twitter. Trump no sólo derrotó a 16 contendientes dentro del partido republicano, sino se valió de la tecnología para identificar debilidades de su contrincante demócrata y áreas de mayor esfuerzo para que su campaña le consiguiera un triunfo sobre Hillary Clinton. Las redes sociales son el medio informativo más efectivo de esta década y están aquí para quedarse y mejorar, no es ninguna plaga temporal que va pasar después de la adolescencia de los chicos. Los adultos leen, ven y opinan sobre eventos políticos en cualquier parte del día desde la palma de su mano hasta en la cama y el inodoro. Las pegas, pintas y volantes son de otra época tan distante como las amenazas comunistas en mentes reaccionarias y las promesas socialistas entre la juventud de los setentas y ochentas.
Con excepción de Nayib Bukele, muy pocos de los dirigentes políticos parecen entender a ciencia cierta que son las redes sociales. Aunque ARENA ya tomó la ventaja de anunciar sus candidatos y programar primarias, los posibles candidatos del partido oficial aún esperan ser invitados a una contienda que aún no tiene forma definitiva. Es más el FMLN parece más enfrascado en evitar a toda costa competir con Nayib Bukele en una contienda presidencial que en preparar y promover sus candidatos y sus agendas. Para mientras, ARENA se concentra en promover sus candidatos con una promesa de volver a tiempos mejores como los que prometió Trump en su campaña, culpando al frente del presente caótico y violento en El Salvador. Nayib Bukele por su parte le da forma a su agenda con propuestas de sus seguidores en Estados Unidos ante las cámaras que diseminan sus eventos instantáneamente a través de las redes sociales, las cuales no parecen tener fronteras ni fiscalía alguna. En minutos, salvadoreños en el país y fuera de él no solo ven los videos, pero debaten, discuten y comparten su contenido entre sus amistades y grupos de opinión que se forman de facto en este mundo aún negado por los cuadros más conspicuos que responden a menudo con torpeza y epítetos ofensivos que más que ganarle adeptos a su partido, terminan por enemistarlos con sus compatriotas.
El manejo de los memes cibernéticos por parte de las autoridades judiciales y el desdeño que algunos políticos exhiben ante la participación de los salvadoreños en el exterior en los próximos comicios electorales, presagian una división entre compatriotas en un momento delicado para más de 200,000 connacionales que esperan una decisión del presidente Trump, sobre su Estatus de Protección Temporal en Estados Unidos. Además de incrementar las percepciones mutuas de remesantes y receptores pasivos de remesas familiares, las diferencias políticas están creando animosidad entre salvadoreños en el país y el extranjero. Los salvadoreños que están acostumbrados a la libertad de expresión en Estados Unidos, su país de residencia, no van a tomar livianamente las restricciones que se avizoran por parte del gobierno salvadoreño que no ha dado muestras de entender el periodismo ciudadano, ni las redes sociales.
Si bien no hay ninguna mano invisible detrás de la participación de activistas salvadoreños en las redes sociales como se ha percibido en los países del norte de ífrica, Brasil y Venezuela, una censura represiva por parte de las autoridades de El Salvador podría darle un carácter de movimiento pro derechos civiles a su activismo cibernético. Para eso sí hay muchas fundaciones en este país que abiertamente financian organizaciones que se especializan en derechos humanos y civiles dentro y fuera de Estados Unidos. Es recomendable que los candidatos y posibles candidatos se ocupen en presentar agendas y programas de gobierno que incluyan los intereses de sus compatriotas en el exterior, en vez de amenazarlos por su activismo. Sería más cohesionador y provechoso para el estado salvadoreño una inclusión de sus coterráneos del exterior en sus decisiones, que continuar el utilitarismo que todos los gobiernos han tenido de sus hermanos especialmente en Estados Unidos. Las redes sociales ayudan a las familias a mantenerse comunicadas e informadas de la realidad que vive el país. El interés de los llamados “hermanos lejanos” en la problemática del país y en la búsqueda de soluciones es natural y un legítimo derecho. Las redes sociales están formadas por seres humanos unidos por plataformas cibernéticas que hacen la comunicación más dinámica y efectiva: no son enemigos, son un terreno fértil para quien sepa cultivarlo.