En 2012, cuando inicia el gobierno de Enrique Peña Nieto, la deuda pública representa el 34.3 % del PIB y cuatro años después, al cierre del 2016, se espera llegue al 50.5 % del PIB, según datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). El aumento es de 16.2 puntos en los primeros 48 meses de gobierno.
En el sexenio del presidente Vicente Fox, la deuda pasa de representar el 20.3 % al 18.8 % del PIB. Una reducción del 1.5 puntos. Y en el gobierno del presidente Felipe Calderón pasa de representar el 18.8 % del PIB al 34.3 %. Un crecimiento del 15.5 puntos. La deuda al finalizar el actual sexenio podría terminar en el 55 % del PIB, de seguir la tendencia que ha mantenido a partir del 2014.
La deuda, según los especialistas, se ha visto presionada por la baja en las ventas petroleras, que afectó las finanzas públicas y el incremento del gasto. En la presente administración, a pesar de los recortes, el presupuesto de gasto público ha crecido en un promedio de 3.6 % al año. Y la economía solo en un promedio anual del 2.1 % con tendencia a disminuir.
La SHCP estima el costo financiero de la deuda para 2017 en 568,198 millones de pesos, que equivalen al 2.8 % del PIB. El más elevado en los últimos 16 años, que es 19 % más alta que la destinada en 2016. El bajo crecimiento y el aumento constante de la deuda es lo que genera la llamada de atención de las calificadoras que han modificado a la baja su valoración sobre la economía del país.
El gasto en inversión pública se encuentra en sus peores momentos. Algunos estudiosos afirman que es la menor que se ha dado desde 1939. Eso claramente impacta el crecimiento y por lo mismo la recaudación. Es un círculo vicioso. Los especialistas, para remontar la situación, hablan de la necesidad de modificar las políticas del gasto público. Hoy la mayor parte se va en gasto corriente y no en inversión. Eso no permite que crezca la economía. El gobierno tiene que ser más eficiente y eficaz.
La reforma fiscal ayuda a mitigar los faltantes producto de la caída de la producción y los precios del petróleo. Sin ella se hubiera caído en crisis como las que hoy ocurren en países del cono sur. Urge, con todo, que la SHCP mande a los mercados el mensaje de que el gobierno ya no se va a seguir endeudando.