El adelanto de hasta el 25% de los fondos de pensiones para los usuarios, promocionado y concretado a finales del año recién pasado e inicios del presente, es a todo entender, una estrategia de sobre vivencia adelantada desde las Afp’s para legitimarse ante la ciudadanía y en medio del cada vez más presente debate sobre la valides de su existencia, pues por ésa vía buscan justificarse satisfaciendo necesidades sentidas entre la población usuaria con medidas como ésta y otras, que enganchen a sus usuarios a las mismas.
La causa que fundamentalmente promueve el debate, lo es las onerosas ganancias que derivan las Afp’s de la gestión de la administración de las pensiones desde el sistema privado, versus los beneficios que los pensionados obtienen luego de una vida de aportaciones, y que la practica ubica en promedio una cruda pensión que ronda el 30% del último salario devengado (ASAFONDOS).
Esto es pues para junio de 2016, el fondo de pensiones totalizó $8, 677, 800, 000. 00, con una taza de crecimiento interanual del 5, 8%, e integrando hasta un 81, 3% en valores de instituciones públicas (con una constante de hasta 101, 000 pensionados a la fecha señalada), mientras que la rentabilidad nominal y real de estos para los pensionados se reduce constantemente, de 2, 05% a 1, 12%, desde sus inicios a la fecha señalada, de acuerdo al propio ASAFONDOS.
Entonces, la naturaleza privada de las Afp’s son en esencia el quid de la discusión, pues estas evidencian con una crudeza incontestable, que estas entidades usufructúan descarnadamente con los activos bajo su custodia, generándose ganancias onerosas sin que ello reporte beneficios reales para los trabajadores, y si en cambio condiciones de retiro indignas e inhumanas, que además el estado debe asumir luego de aproximadamente 8 años de concretado el retiro del usuario, cuando los ahorros son finiquitados, y siendo entonces el estado el que releva la obligación de la manutención del pensionado, socializando así una problemática que es insostenible, es decir la manutención de la cada vez mayor población de retirados, para con quienes simplemente el estado es incapaz de ninguna respuesta por lejos digna, pues durante todo el proceso jamás interactúa con los recursos en cuestión, manejadas en solitario por las Afp’s, sin intervención del estado, y que solo enriquecen a las directivas de las pensionarias, mientras inducen las condiciones acá descritas y reseñadas por separado por diferentes informes que sobre éste se han generado [PensionesSvjun16/ZummaRatings, Impacto Financiero del Sistema Pensionario en El Salvador/MAF, UES, Sistema de Pensiones Salvadoreño/FUSADES, Efectos del sistema pensionario salvadoreño/ BIB, Fracaso del Sistema de Pensiones Privado/BM, etcétera].
Entonces la solución no puede derivar en discusiones estériles que, en el ánimo de posponer el objetivo abordaje de la temática, impida al aparato político la corrección y desmontaje del sistema privado de pensiones, recuperándose así el modelo de reparto y solidario, que es el único que ha probado ser eficiente, pero además, sostenible y sustentable.