"Ahí ves a los aficionados gritarle como locos a una pantalla diciéndole a tal jugador que haga una pared con el jugador desmarcado y pase la pelota rápido para clavar el gol": Gabriel Otero.
"El fanático desconoce la cordura, se desvive por creer en alguien o en algo, cierra los ojos ante lo obvio, las únicas posibilidades son las que él considere": Gabriel Otero.
"Los maullidos se escuchaban intensos todas las noches. No dejaban de sonar cual si fueran serenatas dedicadas al apareo, ese lenguaje de los pequeños felinos": Gabriel Otero.
"El ego es peligroso, magnifica la proyección de uno mismo, siempre hay que desconfiar de los gazapos, las primeras versiones de un verso": Gabriel Otero.
"Las localidades estaban a reventar, casi 20 mil almas congregadas para escuchar a Santa Madonna del tiempo y los aires, matrona de todos los sexos": Gabriel Otero.
"La música de Madonna en su primer disco era pegajosa como chicle y utilizaba los instrumentos esenciales de la década: la caja de ritmos, el sintetizador y el bajo": Gabriel Otero.
"El colmo de los ataques contra Adalberto llegó con un artículo en el que se mencionaba que la cultura en Morelos había pasado de París a Xoxocotla sin escalas, aduciendo el regionalismo del nuevo director del instituto": Gabriel Otero.
"Sí, todo puede empeorar, el fomento al exacerbado individualismo donde el yo se coloca en el pedestal y el nosotros se entierra en tumbas oblongas": Gabriel Otero.