Más allá del intenso debate y polarización mediática que vivimos, las diferencias vigentes se derivan de posicionamientos ideológicos divergentes sobre concepciones diferentes, lo que no ha impedido avanzar en diálogos y en importantes acuerdos legislativos.
Transcurridos dos años de este gobierno es notorio que el país está mejor. Claro, esta apreciación depende del interés de la mirada y de la intención de quien observa. En su informe ante la Asamblea Legislativa el presidente Sánchez Cerén alentó la búsqueda de acuerdos mediante un diálogo nacional, en el contexto de la celebración del 25 aniversario de los Acuerdos de Paz. Apreciando el país, los entendidos ven avances relevantes en materia económica reflejados en un modesto pero sostenido crecimiento de las áreas productivas, financieras y servicios, además de la estabilidad mayoritaria de los índices macroeconómicos incluyendo precios y el suficiente abastecimiento de alimentos, sobre todo, tomando en cuenta la reciente sequía que padeció la región.
En los últimos meses, se ha tornado esperanzador el buen manejo y conducción para la escalonada recuperación de la seguridad pública. Este logro es derivado del consenso, de la aplicación de las medidas extraordinarias y de la ejecución del plan “El Salvador Seguro”. En materia social es evidente la ampliación y profundización de programas, principalmente en educación y salud. Este progreso es loable, más si valoramos las dificultades que enfrentan otros países y si tomamos en cuenta las limitadas condiciones de las finanzas públicas.
Es demostrable que el país goza de estabilidad política, respeto a la institucionalidad y de un buen entorno de sus relaciones internacionales -tan necesarias en este mundo globalizado-; permitiendo importantes avances en materia de libertades y democracia. Más allá del intenso debate y polarización mediática que vivimos, las diferencias vigentes se derivan de posicionamientos ideológicos divergentes sobre concepciones diferentes, lo que no ha impedido avanzar en diálogos y en importantes acuerdos legislativos.
Hoy conviene reflexionar en los retos de país. Para mí los imprescindibles en este periodo son:
A) Bajo y lento crecimiento económico, considerado un problema endémico de larga data que frena nuestro progreso, colocándonos en profunda desventaja en comparación con el crecimiento del resto de la región y de las necesidades para nuestro desarrollo, principalmente en empleo de calidad y salarios justos que propicien el crecimiento del mercado interno; esto solo es posible si trabajamos en conjunto para generar condiciones que favorezcan la inversión productiva.
B) Urgente reforma tributaria. Nuestro sistema tributario es regresivo e insuficiente con relación al desarrollo humano, debe permitirnos superar los altos niveles de evasión y elusión tributarias.
C) Alcanzar un acuerdo en reforma de pensiones que aporte en justicia, certeza, confianza, sostenibilidad para quienes se retiran y descargue la deuda país.
D) Adoptar acuerdos y medidas concretas en materia de adaptación al cambio climático, descontaminación de ríos y del aire, tratamiento de desechos, reforestación, prioritariamente del parque cafetero, y protección del agua para la vida.
E) Consensos sustantivos para un profundo ordenamiento y ampliación vial que abone en la ruta de convertirnos en una verdadera plataforma logística, enfrentando el desmesurado crecimiento vehicular derivado de la inseguridad, que a su vez provoca el mayor uso de transporte privado -y de la mala calidad-, gestión del transporte público, desorden urbanístico y una deficiente educación, organización y control vial.
F) Otro tema ineludible es seguir avanzando en la agenda de la seguridad pública y no solo en el financiamiento de la parte represiva, pues el núcleo son las acciones de prevención relacionadas a la superación de las condiciones económicas y sociales, incluyendo las políticas de reinserción que abarcan a la vez las condiciones del sistema penitenciario vigente.
G) El debate sobre la educación debe ser otra de las prioridades y un insumo relevante será la propuesta que formulará el Consejo Nacional para la Educación. Además de los énfasis para superar las ineficiencias y reformas es ineludible para este ramo elevar el presupuesto progresivamente a un 6 %.
Los retos parecen grandes y difíciles, sobre todo en el propósito de un gran diálogo nacional, pero para un pueblo ejemplar como el nuestro que ha enfrentado tragedias naturales, guerra civil, crisis de inseguridad, con limitaciones educativas ha sido capaz de migrar y cruzar fronteras en las condiciones más difíciles, ser exitoso y aportar con sus remesas al sostenimiento del país; para este pueblo nada es imposible.
Agregamos a esto la pujanza del sector empresarial nacional que ha tenido la capacidad de invertir de manera destacada en la región; y de nuestras fuerzas políticas que más allá de las conocidas discrepancias ideológicas tienen la ventaja de constituir un sistema de partidos estable, fuerte, y muy bien estructurado, con credenciales de haber alcanzado acuerdos políticos en temas y condiciones muy adversas.
Finalmente, el país cuenta con un desarrollado sistema de medios de comunicación, que con voluntad y en el contexto de un gran acuerdo nacional pueden contribuir a cohesionar el rumbo del país, como en buena medida viene ocurriendo en el contexto del manejo de la crisis de inseguridad. Las piezas están puestas, es cuestión de voluntad y metodología.
Fuente: Casa Presidencial