Detrás del saco que los atletas salvadoreños lucirán en la ceremonia inaugural de Tokio 2020 hay una historia más que interesante. Porque la elegancia y el estilo tiene que estar garantizado, El Salvador escogió la empresa neoyorquina Rowing Blazer para que le confeccionara sus blazers en su aventura olímpica en Japón. Y, lo que es más importante todavía, la famosa sastrería no solo aceptó el reto sino que lo hizo sin cobrar un centavo, a modo de donación.
“Queremos ayudar a El Salvador, será un orgullo para nosotros que sus atletas puedan vestir nuestros sacos en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Tokio”, explicó Jack Carlson, fundador de la compañía, en una plática con el ingeniero Eduardo Palomo Pacas, presidente del Team ESA. Ambos se conocen por haber sido remeros, forjaron una bonita relación que hoy se plasma con este acuerdo. Un lujo para El Salvador, que usará blazers de la misma empresa que confecciona los que utilizan los jugadores de la NBA, por ejemplo.
Fundada en 2017, Rowing Blazers es la creación del incansable arqueólogo, remero y autor Jack Carlson. Su colección de blazers está inspirada en las tradiciones, mitos y rituales que Jack descubrió mientras escribía el libro Rowing Blazers, que luego también daría nombre a su empresa. También sirvió como base, como explica un artículo de Wall Street Journal, “la colección de blazers vintage de Jack; investigación en arqueología, heráldica y clásicos, y su tiempo en Oxford”.
Según WSJ, “desde blazers hasta corbatas, pasando por camisas de vestir y distintivos, cada artículo de la colección ha sido meticulosamente investigado con énfasis en los detalles por Jack. Una vez más, hay que señalar tanto a los consumidores como a los empresarios, que Estados Unidos es cada vez más capaz de producir prendas de calidad. Sería incorrecto describir simplemente la marca como una nueva marca de blazer especializada. Este es un término tan mal utilizado, Rowing Blazers tiene una identidad única. Incluso se ha convertido en un creador de tendencias. El fundador Jack Carlson tiene un ojo tan asombrosamente bueno para los estilos emocionantes que aparentemente se venden solos”.
“Para muchos consumidores, la identidad con el desarrollador de la marca es tan importante como la ropa que visten. En muchos casos, los dos son sinónimos. Si el blazer de aspecto adecuado no proviene del líder de aspecto adecuado, psicológicamente será un error”, explica Carlson, quien era timonel en el equipo de remo de los Estados Unidos y de varios equipos famosos y obtuvo medallas en Copas del Mundo.
“Se supone que la ropa de hombre es significativa, cada detalle considerado, nada al azar. Así es como me acerqué a esta colección: significativa, reflexiva, irreverente, críptica “, dijo Jack Carlson.
El propio Jack explica cómo el nacimiento de los blazers está relacionado directamente con el remo: “Es que comenzó con el remo. Era una prenda de vestir que usaban los remeros en Oxford y Cambridge a principios del siglo XIX. Era una sencilla chaqueta de franela de lana, sin forro y sin ventilación, con tres o cuatro botones de metal y bolsillos de parche. Por lo general, se fabricaba con los colores de la universidad o del club y, a veces, se adornaba con una insignia derivada de la heráldica de la universidad”.
“En aquel entonces los remeros los usaban en el entrenamiento y en el bote mientras calentaban. En los días fríos, los usaban durante las carreras. Pero también comenzaron a usarlos en tierra firme. Se convirtieron en una especie de símbolo de estatus en Oxford y Cambridge,. Más aún porque estos primeros blazers solían tener colores brillantes. Los colores brillantes también fueron originalmente una consideración práctica: fueron diseñados para facilitar a los espectadores saber qué tripulación era cuál. De esta manera, también estuvieron entre los primeros uniformes deportivos” agrega Jack Carlson.
En el caso de El Salvador, Rowing Blazers trabajó una adaptación del saco que el Team ESA utilizó en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, también basado en un uniforme de remo. Y como explicó Drew Poling, director de la compañía con sede en Brooklyn, “utilizaremos los materiales adecuados para las temperaturas de Tokio en verano”. En síntesis, un auténtico lujo que pueden darse los atletas salvadoreños gracias a la generosidad de Rowing Blazers.
