Ricardo Zúñiga el Enviado Especial de la administración estadounidense para el Triángulo Norte Centroamericano; debiendo informar al Secretario de Estado, a la Oficina del Hemisferio Occidental y al Congreso sobre el plan para enfrentar la migración, para lo cual han dispuesto $EUA 4 mil millones. (1)
De 51 años de edad, graduado en Relaciones Internacionales de la Universidad de Virginia, fue nombrado en 2012 como Director para el Hemisferio Occidental en el Consejo Nacional de Seguridad. Es diplomático de carrera, fungiendo antes como Director de Asuntos Cubanos en el Departamento de Estado. En la Oficina de Asuntos Estadounidenses en la Habana fue Oficial de Derechos Humanos. También fue diplomático en Brasil, España, México y Portugal. (2)
Durante la administración Obama destacó en las negociaciones que culminaron con la reapertura de relaciones con Cuba. Se le considera como “uno de los asesores hispanos más influyentes en la Casa Blanca”. (3)
Nacido en Tegucigalpa, proviene de una familia de notoria filiación nacionalista, uno de los partidos que comparten el poder desde el s.XX, y que se identifica con los sectores hondureños más conservadores.
Su abuelo, Ricardo Zúñiga Augustinus, fue originalmente liberal trasladándose luego al Partido Nacional, donde fue el poder atrás del trono por décadas. Asesor del general Oswaldo López Arellano, tanto en su período de facto (1963-1965) como de jure (1965-1971), cuando fue Designado Presidencial. En la presidencia de Ramón Ernesto Cruz (1971-1972) fue ministro de Gobernación. Fue candidato a la presidencia, derrotado en 1981.
No todo fue miel sobre hojuelas para su familia: su padre, Ricardo Zúñiga Morazán, fue un mayor del ejército. El New York Times publicó en 1985 el artículo El Misterio sobre un Asesinato en Honduras, (4) relatando su cruel homicidio por la Contra nicaragüense. Trataron de atribuir como causa diferendos con un deudor, un exiliado cubano. Pero -dice el artículo- el acreedor no era Zúñiga sino que su familia, por lo que asesinar al militar no resolvía nada.
Zúñiga Morazán, continúa el artículo, confrontó la política estadounidense y hondureña de albergar bases de la Contra. Voló a Washington en 1984 para expresar sus preocupaciones a miembros del Congreso. Denunció la influencia norteamericana en su país, así como abusos a los derechos humanos, corrupción y limitaciones profesionales entre los oficiales. Sostuvo que la Contra eran políticos reaccionarios y militares incompetentes, sin respaldo popular. Denunció el desaparecimiento de 200 hondureños para destruir las redes de apoyo a la guerrilla salvadoreña y al gobierno nicaragüense.
Su viaje a Washington motivó que le hicieran renunciar al ejército, pero continuó asesorando a un grupo de oficiales jóvenes, enfrentados al alto mando y a la embajada estadounidense. Este grupo fue amenazado con ser las siguientes víctimas, cuando la embajada mantuvo el apoyo a la cúpula. Hasta acá la noticia del New York Times.
¿Quién es entonces este político norteamericano de origen hondureño, independientemente de la historia conservadora de su abuelo y de la gallardía de su padre?
Durante la administración Obama demostró su habilidad de negociar temas políticamente delicados, en los que rompió paradigmas. Ojalá logre utilizarla para comprender que la problemática en el Triángulo Norte Centroamericano no se resolverá con $EUA 4 mil millones; pues atrás de ella hay siglos de injusticia social, una larga y compleja historia en la que entre sus causas se distinguen especialmente cuatro: 1) Pobreza y desigualdad, causada por débil crecimiento económico, corrupción, falta de oportunidades, polarización económica y vulnerabilidad ambiental. 2) Factores “culturales”, influidos por deficiencias en los sistemas educativos y de salud, desintegración familiar, pésima calidad del mensaje mediático. 3) Inseguridad, que incluye tanto a la ciudadana como a la jurídica; la primera con implicaciones al crimen organizado y la segunda con vasos comunicantes entre poderes del Estado, debilidad de las instituciones de éste, incluyendo los organismos operadores de justicia. 4) Inducción a la migración, con intervención del crimen organizado, el financiamiento formal e informal y la inseguridad.(5)
El reto del señor Zúñiga es complicado. El presupuesto que le han encomendado se intimida ante esas causas complejas; además de la historia que Estados Unidos tiene con la región, que no ha priorizado la solución de ellas sino posponerlas y, en la historia, ello equivale a agravarlas.
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(1) https://www.state.gov/announcement-of-ricardo-zuniga-as-special-envoy-for-the-northern-triangle/
(4) https://www.nytimes.com/1985/09/29/world/the-mystery-over-a-killing-in-honduras.html
(3) https://mdd.unah.edu.hn/assets/MDD/demomujer/volumenescompletos/DemoMujer-Vol.8.pdf