Una interpretación del proceso de Asamblea Constituyente desde abajo
1. La Asamblea Constituyente Plurinacional y Popular (ACPP) es un proceso que construye desde abajo el consenso de que nuestro país es plurinacional porque lo integran varias naciones culturales, lingüísticas y territoriales cuyo poder político se remite a cofradías, municipalidades y territorio, y su identidad a su historia, idioma y tradiciones comunales. Esta es la etapa pre-constituyente de la ACPP, y se halla en plena marcha mediante la organización y concientización popular.
2. Este proceso de formación de un consenso desde abajo es, por esto mismo, popular. Y desemboca en la toma de conciencia crítica de la necesidad de fundar un nuevo Estado plurinacional único y descentralizado, en el que estén representadas todas las nacionalidades culturales, clases, sectores y gremios que nos conforman como país.
3. En el caso de los pueblos indígenas, vistos como comunidades que rigen su vida por la observancia de valores ancestrales, el concepto pueblo puede equipararse al de nación cultural, pues es la cultura el factor de cohesión social, legitimación política e identidad colectiva que los rige y diferencia de otros pueblos o naciones. No es éste el caso de la ladinidad, que tiene dos grandes grupos diferenciados entre sí por su relación con la indianidad. Uno se identifica como mestizo o “mixtado”, y el otro como puristamente no-indígena. Esto dificulta conceptualizar a la ladinidad como pueblo y como nación cultural. Además, asume la identidad nacional criolla y no se percibe como marginada de ella, aunque es un grupo subalterno respecto de los criollos.
4. El proceso de la ACPP implica la creación de un sujeto de conciencia crítica que es popular e interétnico, plurinacional e intercultural, así como democrático por su intención política de democratizar la economía, el Estado y las relaciones interculturales. Este sujeto está en plena formación mediante el proceso en marcha de la ACPP, que transita su fase pre-constituyente. Después llegará a su formal fase constituyente, y luego a la pos-constituyente, en la cual se implementarán desde el Estado los procesos de democratización económica, política e intercultural que necesita el país para acceder al Buen vivir. Esto supone una ciudadanía con conciencia plurinacional, intercultural y democrática, y con conocimiento crítico y radical de nuestra historia en el contexto regional y mundial. Todo, gracias a una educación pública interculturalizadora, laica y obligatoria.
5. La ACPP no es un mecanismo de representatividad mediante partidos políticos, sino de naciones culturales, clases y sectores sociales.
6. Quienes impulsan la ACPP tienen una política de adhesiones, alianzas y convergencias que se remiten al proceso mismo de construcción de la ACPP como primer paso para la transformación cualitativa de nuestro país. No se trata de pactos para alcanzar la administración de un Estado que le es ajeno al pueblo y a sus intereses primordiales.
7. Estos intereses son: democratizar la economía desoligarquizándola mediante la igualdad de oportunidades en el acceso al capital, la libre competencia y el control de monopolios; democratizar el Estado volviéndolo probo, eficiente y pequeño pero poderoso como para regir la vida económica, política y cultural del país; y democratizar la interculturalidad garantizando el ejercicio libre de las especificidades culturales dentro del Estado plurinacional y democrático.
¡Vamos por la ACPP!