Por Raúl Ernesto Azcúnaga López
Dos lemas están presentes en el imaginario colectivo de la comunidad universitaria de la Universidad de El Salvador (UES), su lema oficial “HACIA LA LIBERTAD POR LA CULTURA” y el otro, uno muy popular, de resistencia y compromiso muy propio de los duros años ochenta del siglo pasado y que ha perdurado a nuestros días (2022): “La Universidad de El Salvador se niega a morir.”
“¡La Universidad de El Salvador se niega a morir y nosotros estamos aquí para que viva por siempre!” son las palabras de cierre de un sentido y profundo discurso pronunciado por el Ing. Félix Ulloa (1929-1980), Rector de la UES, en la instalación de las Oficinas Centrales de la universidad en el exilio (como se dio en llamar a las múltiples veces que el campus universitario fue ocupado militarmente por el ejército y que la UES funcionó en instalaciones prestadas o arrendadas), en la Corte de Cuentas de la República, dada la intervención militar de la Universidad del 26 de junio de 1980. Discurso que fuera publicado en el número 28 (enero-marzo, 2016) de la revista La Universidad, órgano científico-sociocultural de la Universidad de El Salvador, según el editor, texto proporcionado por la familia Ulloa.
El Ing. Félix Antonio Augusto Ulloa fue Rector de la Universidad de 1979 a 1980, sus antecesores inmediatos fueron, el Lic. Luis Argueta Antillón (1932-2020) y el Dr. Eduardo Badia Serra (1942- ), quienes tomaron la dirección de la casa de estudios después del penoso suceso de la instalación de una Comisión Normalizadora de la institución y la gestión al margen de la autonomía universitaria de la Comisión de Administración Provisional de la Universidad de El Salvador (CAPUES) de 1972 a 1979. La elección del Ing. Ulloa como rector supuso la vuelta a la autonomía universitaria al menos en la elección de sus autoridades, tal como de se venía haciendo desde de la década de los años 40 hasta el 19 de julio de 1972, cuando el gobierno del Coronel Arturo Armando Molina, con el concurso de los tres órganos del estado, intervino militarmente la institución, condenando al país al oscurantismo y mercantilismo universitarios por más de medio siglo, intervención que con legítima propiedad Víctor Valle califica como “el zarpazo de lesa cultura” (La Universidad, No.30, Julio-Septiembre de 2016).
El Ing. Félix Ulloa, oriundo de Chinameca, San Miguel, ejerció el magisterio en el área rural y pueblos diversos del oriente del país, con afán de superación profesional y amor por las letras emigró a la capital con su familia (esposa e hijos), hizo el bachillerato en Costa Rica e ingresó en la carrera de Ingeniería Industrial de la UES, de la cual se graduó con altas calificaciones en los años la gran reforma universitaria del Dr. Fabio Castillo Figueroa y de toda una generación de académicos, artistas, líderes sociales e intelectuales, así como de sucesos que marcaron el rumbo del país de la década de los años 60 a nuestros días. Realizó estudios de maestría en el prestigioso Georgia Tech, de Atlanta, Georgia, Estados Unidos, en el programa Latin American Scholarship Program for American Universities (LASPAU), (Cfr. Ulloa.F. 2022).
En 1969 fue nombrado director de la Escuela de Ingeniería Industrial, fundada en 1967, de la en la Facultad de Ingeniería y Arquitectura (FIA) de la Universidad, y en las elecciones de 1970 fue electo decano de la referida facultad, junto con el prestigioso economista Dr. Rafael Menjívar Larín, como Rector y el connotado Dr. Napoleón Rodríguez Ruíz como Vicerrector. En 1979, cuando la UES vuelve a retomar la batuta de su propia administración fue nombrado jefe de la Oficina de Planificación por el Rector Badía Serra y el 20 de noviembre del mismo año fue electo Rector de Universidad de El Salvador.
Las palabras del Rector: “¡La Universidad de El Salvador se niega a morir y nosotros estamos aquí para que viva por siempre!” constituyen un grito indómito, de coraje y valentía, dado que unos meses atrás la Ciudad Universitaria, hoy Ciudad Universitaria Dr. Fabio Castillo Figueroa, había sido una vez más invadida, tomada y saqueada, lo que el Rector describe, después de referir y calificar el momento como “Los signos de estos tiempos son de tragedia y dolor.” El 26 de junio de 1980 un operativo militar de la Primera Brigada de Infantería desde el Cuartel San Carlos, y la Fuerza Aérea, con helicópteros artillados, realizaron un ataque a la ciudad universitaria, so pretexto de perseguir a una célula guerrillera que se refugiaba en el campus (Cfr. Ulloa F. (hijo) 2022) y permanecieron en las instalaciones por cerca de tres años en un intento de matar el pensamiento y su máxima representante: el Alma Máter. EL Rector Félix Ulloa dice en su discurso: “Invadieron nuestra ciudad universitaria, nos cerraron las aulas, quemaron libros, apagaron micrófono, nos quisieron callar.” Antes había dicho que: (…) enviaron el mensaje más cruel e inhumano que el mundo civilizado se podía imaginar, asesinando al máximo exponente de la Iglesia Católica, el Arzobispo de San Salvador, Monseñor Romero (…) Luego llegó el turno de nuestra casa de estudios. La Universidad de El Salvador tenía que pagar el alto costo de su valiente autonomía y su cuota de sacrificio.” (Ulloa F. 1980/2016).
El año de 1980 en El Salvador, fue un año particularmente violento, atestiguó el asesinato de miles de obreros, campesinos, estudiantes universitarios y de los líderes de las instituciones más importantes en la construcción de subjetividades en la sociedad salvadoreña: el Arzobispo de San Salvador, Monseñor Oscar Arnulfo Romero, guía de la Iglesia Católica (24 de marzo) y el Rector de la Universidad de El Salvador, Ing. Félix Ulloa (29 de octubre), autoridad legítima de la máxima casa de estudios del país.
El asesinato de odio a la fe llevó a Romero a ser considerado Santo por la Iglesia, treinta años después de su martirio, y el asesinato de odio a la sabiduría llevó al Ing. Félix Ulloa, a ser considerado el Rector Mártir de la UES y a inscribirlo en la historia de la Universidad junto a los nombres de Carlos Llerena, Fabio Castillo, Rafael Menjívar Larín y María Isabel Rodríguez, como Rector ilustre de la Universidad. Su trabajo, obra y palabra se convierten en una visión de la Universidad latinoamericana ante las largas dictaduras del siglo XX: “Pero la Universidad resiste, la Universidad no son los edificios, las aulas de clase, los auditorios, ni los laboratorios; la Universidad somos nosotros, docentes, estudiantes y trabajadores dispuestos a seguir a delante en nuestra lucha. Nuestra trinchera es y seguirá siendo la ciencia y la cultura, la producción de ideas y nuevos conocimientos, la libertad irrestricta de cátedra y ejerceremos la autonomía… nosotros estamos aquí para que viva por siempre” (Ulloa. F., 1980/ 2016).