viernes, 26 abril 2024
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La credibilidad en el Periodismo y la Política

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Insisto, los Medios de Comunicación Social (MCS) no son malos, lo malo es el uso que -a veces- se hace de ellos. Mal uso que hace perder la credibilidad del mundo receptor, ajeno al verdadero Periodismo, que los escritores y periodistas Albert Camus y Gabriel García Márquez, definieron como “el mejor oficio del mundo”.

Interesan la credibilidad y coherencia periodísticas, aunque lograrlo signifique al periodista enfrentar -contra todo riesgo- presiones foráneas, por intereses particulares que afectan a la sociedad. Aunque también, nunca faltarán tentadoras “ofertas” al periodista, las que -aun contra su vocación y principios morales- puedan derivar en la aceptación de dádivas y otras canonjías.  

Durante casi seis décadas de ejercicio periodístico -entre cuartillas, cámaras, micrófonos, docencia…-he apreciado las grandezas de esta noble profesión, pero también he sufrido sus miserias, como cuando -seguida de amenazas- la verdad ha sido negada, o  peor, cuando alguien trata de imponer la palabra del poder sobre el poder de la palabra.

De igual manera en la Política, la credibilidad y la coherencia son vitales para el entendimiento entre los políticos y la sociedad; cuestión difícil de lograr, si se toma en cuenta lo vulnerable del sistema político, dada la nula fiscalización de sus actos y la facilidades -por ejemplo- para la corrupción, ya que permite auto servirse en vez de servir, y hasta delinquir impunemente, si no se cuenta con principios de honestidad personal y profesional.

En ambas áreas (Periodismo y Política), como en el resto de las disciplinas del quehacer humano, la credibilidad es importante porque genera confianza, que es una de las categorías necesarias para la convivencia fraterna. No habrá confianza en los políticos y en la prensa, si sus actuaciones carecen de credibilidad.

La situación socio política actual, no ofrece señales de credibilidad en ambas áreas. Y resulta fácil distinguir el rechazo a sus acciones antipopulares. Y no es por simple ánimo de odiar, es por cansancio. En los aconteceres de la Asamblea Legislativa (AL), por ejemplo, siempre hubo conflictos y tremendos desaguisados, pero nunca tan cuestionados como hoy.     

Hace poco, circuló un video en el que el diputado presidente de la AL, Mario Ponce, en una entrevista de TV confirma que -en el caso de la dolarización como en otros…- su partido PCN votó junto a ARENA -aun sin conocer el proyecto dolarización (LIM)- porque  se “los ordenó Ciro Zepeda”. ¿Cierto o falso? Sin suda, cierto, pues, en pasadas legislaturas, todos oímos decir lo mismo a Ciro Zepeda, cuando se aprobó el TLC. ¿Dónde están la honestidad/credibilidad?

También, dentro de la comisionitis aguda de la AL, la Comisión para investigar acoso a la prensa, estaría muy bien si no fueran tan evidentes la dedicatoria y la parcialidad. En honor a la verdad, justo es decir que existe conflicto de interés cuando el miembro de la Comisión Rodolfo Parker, se menciona como parte del consejo editorial de uno de los  periódicos interesados; y, además, el presidente Emilio Corea ha sido mencionado por presuntos ilícitos laborales. ¿Es esto un juego? Y hay mucho más, pero basten estas muestras como ejemplo. Se debe ser honesto, la credibilidad lo necesita.

El papel de la prensa en el mundo cambiante y sorpresivo demanda veracidad, imparcialidad, pluralidad y apoliticidad, para obtener la confianza de la sociedad. Por ahora, hay mala percepción sobre acercamientos políticos: “a favor de…” y “en contra de…”, que  genera perjudicial imagen anti-prensa y falta de credibilidad.

La solidaridad gremial debiera fortalecerse y, unidos, no  prestarse a que -uno u otro de los bloques políticos en contienda- utilice a la prensa como su aliado. Y aceptar que, así como duele la desaparición de un MCS, debe alegrar la aparición de otro, de la ideología que sea. Eso es solidaridad gremial. Son nuevas fuentes de trabajo para nuestros hermanos periodistas.. Y como periodistas, hoy podemos estar en un medio y mañana en otro…

Credibilidad es un valor que deben sustentar entre sí la Prensa y la Política -y también el resto de instituciones- sin perder cada una su propia identidad. Ahí pueden comenzar a surgir la armonía y el entendimiento, para la convivencia fraterna que muchos anhelamos.

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Renán Alcides Orellana
Renán Alcides Orellana
Académico, escritor y periodista salvadoreño. Ha publicado más de 10 libros de novelas, ensayos y poemas. Es columnista de ContraPunto

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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