viernes, 26 abril 2024
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Encuestas y campaña electoral oscura

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En la recta final de la campaña polí­tica para elegir al Presidente y Vicepresidente de la República, perí­odo 2019-2024, aparte de algunos mensajes aceptables, destacan las frases e imágenes desagradables, propias de una campaña electoral oscura, sin propuestas claras y concretas; pero sí­, con ataques contra la dignidad personal y familiar de los candidatos y sus allegados.

En el marco de la campaña electoral, para los salvadoreños honrados estas expresiones de mal gusto, y hasta ofensivas, son clara muestra de retroceso polí­tico en el paí­s. Algunos candidatos y su equipo de campaña, en su afán desmedido de asumir el poder, lejos están de saber, ni siquiera intuir, el efecto negativo que estas expresiones publicitarias trasladan a su partido. La factura les será pasada por los electores, oportunamente.

Todos los recursos son válidos, puesto que el objetivo es ganar; pero, aunque no constituyan delito, si debe predominar la ética; es decir, expresiones que no dañen la moral ni subviertan el orden público. Un reciente video del presidente de ARENA, Mauricio Interiano, fue ampliamente divulgado, evidenciando poca o ninguna cultura polí­tica, al retar directa y vulgarmente, al candidato de un partido opositor. Créase o no, esos mensajes publicitarios desesperados, siguen disminuyendo el interés ciudadano hacia dicho partido, lo cual -sin duda- a la postre le significará rebaja en votos.

Y los efectos negativos están ahí­, en las encuestas. Con números similares y clara tendencia a mantenerse. Pero, erróneamente, los partidos polí­ticos satanizan a la casa encuestadora, cuando las cifras por adversas no les agradan; y, a la inversa, la elogian cuando la evaluación favorece a sus intereses. La encuesta “es una fotografí­a del hoy”. Lo saben los polí­ticos y no se vale que, por su descontento, descalifiquen a la casa encuestadora, hasta con fuertes epí­tetos, extensivos al candidato con mejores cifras.

Hay que reconocer, sin embargo, un cambio positivo, con relación a las elecciones pasadas: se suprimió -aunque un poco a regañadientes de los paridos- la pinta y pega en postes y edificios públicos; y hasta ahora, solamente se ven algunas vallas y pocas banderitas en algunas calles, nada perceptibles y evidentemente ignoradas por la población,

Desafortunadamente, en medio de la campaña, algunos poderes fácticos contribuyen a la agitación social, promoviendo o descalificando con saña a más de algún candidato. Es su derecho adversar limpiamente al opositor, pero asombra que, por primera vez, se constituyan en bloque “multi ideologí­co”, y a todas luces temeroso, hacia el objetivo común de bloquear a un partido y su candidato. La reiterada ansiedad de obstaculizar esos avances, los los hace atacar con saña a un movimiento ciudadano en la persona de su lí­der, buscando aquí­ y allá motivos para enjuiciarlo penalmente, sabiendo que jurí­dicamente no procederá, pero la intención es de totalmente propagandí­stica.

Es evidente también que algunos medios impresos, con claro sesgo noticioso, con enormes desplegados se unen a la campaña oscura, desoyendo los principios del ideario de sus fundadores, en cuanto a veracidad y objetividad. Evidente también su pérdida de credibilidad y, consecuentemente, su aceptación de antes. Malo o bueno un candidato, su derecho ciudadano le permite participar; y la ciudadaní­a -igual que con todos los polí­ticos- debe respetar el derecho democrático.

No se puede hablar de Democracia, si en la carrera hacia el objetivo común de lograr una alta magistratura, se recurre a acciones denigrantes y antidemocráticas (campaña oscura y desprestigiando a las casas encuestadoras). Tales acciones son el reflejo anticipado de una gestión autoritaria, represiva, excluyente y antipopular, lo cual vulnerarí­a el mandato constitucional que define a El Salvador como un Estado democrático, representativo y alternativo.

Para el pueblo salvadoreño la alternancia constitucional en la Presidencia y Vicepresidencia de la República es un renglón necesario; y, por lo mismo, demanda una campaña electoral limpia y una actitud fraterna y positiva, base necesaria para una elección limpia que devengue en un gobierno honesto, incluyente y popular.

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Renán Alcides Orellana
Renán Alcides Orellana
Académico, escritor y periodista salvadoreño. Ha publicado más de 10 libros de novelas, ensayos y poemas. Es columnista de ContraPunto

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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