martes, 14 mayo 2024

El movimiento femenista nos está liberando a todos

¡Sigue nuestras redes sociales!

Crecí y me eduqué en otras épocas. El ambiente era machista totalmente y la ideología machista dominaba toda la sociedad. Al decir esto me refiero que las mujeres aceptaban su condición subalterna. Encontré excepciones, me estoy refieriendo a los años cincuenta en Santa Ana.

Tuve la suerte de ser educado por mi padre, principalmente. Me enseñó a respetar a la mujeres, en casa las tareas domésticas se repartían por igual, entre nosotros los dos varones y mi hermana (luego ya después vinieron otra hermana y otro hermano). Mi padre cocinaba, lavaba la ropa, la tendía y planchaba. Lavar y tender la ropa era considerado entonces como algo degradante para los hombres. Esa fue la práctica en mi casa. Estoy seguro que mi padre era en ese sentido una excepción. Lo que no le impidió crear varios "hogares".

Pero el ambiente cultural general que se respiraba era la violencia del cinematógrafo, de las canciones de "amor", los artículos en la prensa, etc. Todavía la tv estaba en pañales en el país. La radio nos adoctrinaba.

Respecto al cine casi en todas la películas se veía que el galán de la pantalla trincaba a la fuerza a la muchacha, la forzaba con bofetadas o imponiéndose con sus músculos. La mujer terminaba aceptando, cediendo y correspondiendo. En ese acto se iniciaba el amor, era eso lo que nos iniciaba a nosotros los cipotes cómo tenían que ser las cosas. La educación sentimental a través de los boleros, allí estaban las pérfidas, las imposibles, las conquistables, etc. El amor era masculino, se le entregaba a las mujeres, ellas por lo general desdeñaban o fingían. Las radio-novelas eran peores que los boleros.

Francamente me fue difícil en parte desprenderme de esa cultura. Al mismo tiempo tuve la suerte de salir del país hacia otro en donde las relaciones sociales eran distintas, no que hubiera igualdad entre los hombres y las mujeres, pero sí las mujeres habían adquirido muchos derechos y los ejercían naturalmente. Hablo de Rusia y de su capital Moscú. No puedo hablar de las ciudades de provincias, ni de los países asiáticos. Viaje al interior de Rusia, pero con ojo de viajante, de turista. Es decir interpretando lo que se ve, adivinando, suponiendo que… Algunas veces pude preguntar, cuestionar y exigir respuestas y explicaciones. Pero globalmente no se puede "idealizar" de ningún modo la sociedad soviética incluso en este tipo de cuestiones en las que palpablemente sí hubo grandes progresos. Los rusos no dejaban de ser machistas. El machismo tiene sus vericuetos, sus astucias, sus disimulos. Lo veo y lo siento ahora en Francia.

Creo que el movimiento femenista nos está liberando a todos. Una cosa que me ha enriquecido mucho desde los años sesenta es que pude tener amigas sin que mediara entre nosotros nada mórbido, ni oscuros deseos, sino una intensa e íntima amistad. Esto francamente es enriquecedor.

¡Hola! Nos gustaría seguirle informando

Regístrese para recibir lo último en noticias, a través de su correo electrónico.

Puedes cancelar tu suscripción en cualquier momento.

spot_img

También te puede interesar

Participe con su comentario

Carlos Ábrego
Carlos Ábrego
Columnista Contrapunto
spot_img

Últimas noticias