sábado, 11 enero 2025
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El mito de la Caverna o ¿la ciberpolí­tica del siglo XXI?

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Uno de los mitos más emblemáticos de Platón podrí­a ser clave para comprender las expresiones polí­ticas de la actualidad

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El mito de la Caverna se presenta como una forma alternativa del conocimiento contrahegemónico en la sociedad actual, ya que a través del uso de la tradición oral se construye un panorama donde el ser humano se enfrenta a una realidad distorsionada por la imagen y de la cual esta situación se vuelve un elemento positivo en el proceso de aprendizaje, en donde el mito de la Caverna forma parte de la cultura y es parte del proceso educativo de la civilización occidental.

El mito de la Caverna y la Antropologí­a

Desde la Antropologí­a se puede observar una relación intrí­nseca con la Epistemologí­a y el mito de la caverna como un saber contrahegemónico. El autor (Platón, 1992), nos expresa que hay una caverna, que tiene la entrada abierta, en toda su extensión, a la luz, en dicho lugar viven hombres y están desde niños con las piernas y el cuello encadenados, de modo que deben permanecer allí­ y mirar sólo delante de ellos, porque las cadenas les impiden girar en derredor la cabeza.

Más arriba y más lejos se halla la luz de un fuego que brilla detrás de ellos; y entre el fuego y los prisioneros hay un camino más alto, junto al cual podrí­a existir un tabique construido de lado a lado, como el biombo que los titiriteros levantan delante del público para mostrar, por encima del biombo, los muñecos. Mientras que, en el otro lado de la pared, pasan hombres que llevan toda clase de utensilios y figurillas de hombres y otros animales, hechos en piedra y madera y de diversas clases; y entre los que pasan unos hablan y otros en silencio.

El mito de la caverna se expresa en la Epistemologí­a, desde las lecturas filosóficas que ya el tan citado filosofó contrahegemónico Carlos Marx, planteo que este mundo hay que transformarlo. Los fantasmas del cerebro humano son sublimaciones necesarias del proceso material de la vida de los hombres, el cual puede ser empí­ricamente constatado sujeto a bases materiales. La moral, la religión, la metafí­sica, y todo el resto de la ideologí­a, juntamente con las formas de conciencia, pierden con este hecho cualquier apariencia de existencia autónoma (Marx, 1988).

Interpretando la metáfora de las siluetas con la realidad humana, estas serí­an en la actualidad el concepto de Ideologí­a que Marx propuso y esta se puede expresar tal como (Arias, 2007) expresa que el mito de la caverna es un perfecto ejemplo de una analogí­a de la televisión y no del cinematógrafo (del que solo serí­a una imagen abstracta y fragmentaria), al menos por lo que se refiere a la televisión formal, en tanto las imágenes proyectadas por el tubo catódico de una luz situada fuera del “mundo de la caverna”.

Haciendo un hincapié en la Antropologí­a, la teórica Rosas et al (1991, pp. 44-45) encontró lo siguiente:

Denota un esquema históricamente transmitido de significaciones representadas en simbólicas con las cuales los hombres comunican, perpetúan y desarrollan su conocimiento y sus actitudes frente a la vida. Como podemos observar la Antropologí­a nos muestra que se puede trabajar en un análisis interdisciplinario, ya que se encarga de interpretar los sí­mbolos que los hombres crean y recrean estos expresados también en tradiciones transmitidas.

La Epistemologí­a aprecia el mito de la caverna como un proceso en donde el filósofo intenta liberarse de la oscuridad, pero desde las Ciencias Sociales y de la Antropologí­a podemos ver que como el mito representa una serie de sí­mbolos, por ejemplo en la actualidad se habla de imaginarios sociales, cuando nos referimos a los grandes personajes que tienen que ver con las “visiones del mundo”, con los metarrelatos, con las mitologí­as y las cosmologí­as, pero no se configura como arquetipo fundente sino como forma transitoria de expresión, como mecanismo indirecto de reproducción social, como sustancia cultural histórica (Eisemann, 2012). Tiene que ver también con los “estereotipos” (por cuanto que generan efectos de identificación colectiva), pero va más allá de las simples tipologí­as descriptivas de roles porque precisamente rompe la linealidad articulando un sentido, en este caso el mito de la caverna es interpretado de como el cientista social puede subvertir e interpretar un imaginario social de la patria.

Nuevamente haciendo énfasis al mito de la caverna (Platón, 1992) nos plantea: Finalmente, pienso, podrí­a percibir el sol, no ya en imágenes en el agua o en otros lugares que le son extraños, sino contemplarlo como es en sí­ y por sí­, en su propio ámbito. Necesariamente. Después de lo cual concluirí­a, con respecto al sol, que es lo que produce las estaciones y los años y que gobierna todo en el ámbito visible y que de algún modo es causa de las cosas que ellos habí­an visto.

La Caverna, la creatividad y las redes sociales

En la actualidad esa Caverna no solo es la televisión, sino las redes sociales, pero no siempre son un elemento de la ideologí­a dominante, sino que es un prisma, que hay que saber observar detenidamente con ojos de templanza, por ejemplo (Castells, 2001) considera que una red es un conjunto de nodos interconectados. Las redes son formas más antiguas de la actividad humana, pero actualmente dichas redes han cobrado nueva vida, al convertirse en redes de información, impulsadas por internet.

En este punto álgido del análisis de las redes sociales, Pablo Iglesias, polí­tico español y presentador del programa de entrevistas la Tuerka, junto al cientista social Manuel Castells, consideran lo siguiente:

La libertad es lo más importante, nos permite ser nosotros, si la idea, puede ser transformada en objeto, mercancí­a, pero se pueden recuperar, internet es una comunicación libre”¦ Tenemos información que solo 18 % de internautas utilizan internet para temas sociopolí­ticos”¦Sino hubiese internet, ¡no hubiera esa capacidad autónoma de movilización!

Las redes sociales se presentan al mundo, como una posibilidad de informar a la sociedad civil sobre las coyunturas polí­ticas que están viviendo, por ejemplo, las grandes movilizaciones estudiantiles de Chile de 2011, a la cual se le conoce como: La primavera de Chile. Estas movilizaciones utilizaron en su mayorí­a redes sociales como Facebook y YouTube, ejemplo de esta estrategia de la comunicación fue la Genkidama por la educación, un dato importante ya que, este movimiento estudiantil, reinvento el imaginario social dominante, ya que para muchos representa la simbologí­a de la Industria de la Cultura, pero en este caso, este movimiento estudiantil fue apoyado por todo el Personal de doblaje de la legendaria serie animada japonesa Dragon Ball Z, en donde Goku, era un personaje determinante para sensibilizar a los estudiantes chilenos sobre la problemática de la privatización de la educación.

Según Omar Astorga las redes sociales como Facebook, incluyendo YouTube fueron herramientas claves, para la organización, difusión, creación, discusiones polí­ticas (comunicación personal, Astorga, 14 de febrero de 2018, la primavera chilena), en este caso la movilización para realizar la Genkidama de la Educación, que “ojo” fue pací­fica, y fue un performance, en donde los estudiantes cargaban una inmensa bola de papel y la paseaban por toda la ciudad y que muy bien la describió el (Noticiero televisivo 24 Horas, 2011) “¢nueva protesta, masiva, pací­fica y creativa”¦ Desde las ciencias sociales se puede considerar que estos discursos van encaminados a la construcción de la ciberpolí­tica.

Millaleo (2011), citado por Cárdenas (2014, p.64), considera que la ciberpolí­tica afecta las formas de representación dominantes, las que son transformadas por la pluralización del espacio público cuando los sujetos marginalizados se organizan en lugares alternativos, ganando visibilidad.

Este ejemplo ilumina la creatividad de los intelectuales orgánicos de la sociedad civil en toda América Latina, las redes sociales son una herramienta que permiten construir discursos polí­ticos de inclusión social desde los sectores subalternos hasta llegar hasta la representación polí­tica del sistema democrático.

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Bibliografí­a
Arias, M. (2007). El mito del Mito de la Caverna. A propósito de Saramago. Eikasia. Revista de Filosofí­a, 1-10.
Cárdenas, C. (2014). Representación de la acción polí­tica de los estudiantes chilenos. Movilización de significados en redes sociales. ULTIMA DÉCADA, 64.
Castells, M. (2001). La galaxí­a internet. Barcelona: areté .
Eisemann, F. (2012). Los imaginarios sociales como herramientas. Imagonautas, 77-96.
Iglesias, P. [La tuerka]. (2015, Junio, 14). La tuerka: Pablo Iglesias con Manuel Castells. [Archivo de video]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=dU-MD3NqmQ8
Marx, C. (1988). La Ideologí­a Alemana. San Salvador: Uca Editores.
Platón. (1992). La República. Madrid: Ed. Gredos.
Rosas, E. (1991). Para interpretar a Clifford Geertz. Sí­mbolos y métaforas en el análisis de la cultura. ALTERIDADES, 44-45.
 Scarleth,C. (24 Horas, Tv.). (2011, Julio,19). Personajes de Dragon Ball Z apoyan a los estudiantes chilenos [Archivo de video]. Recuperado de https: https://www.youtube.com/watch?v=pJEoZUk3NWs

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El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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