viernes, 3 mayo 2024
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El Mercosur, los tratados y el libre comercio mundial

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El comercio mundial está en crisis. Lo único que parece claro es que China, como nueva potencia mundial, se encamina a sustituir la hegemonía de Estados Unidos y de Europa, en una lucha de poder despiadada aunque, por ahora, relativamente pacífica.

El Mercosur, bloque regional de integración comercial que fundaron, en 1991, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, cumplió 30 años y volvió a desnudar diferencias ideológicas que repercuten, naturalmente, en lo económico y comercial.

En la cumbre virtual, que se realizó este viernes 26 de marzo, presidida por Argentina, los presidentes de Uruguay, Luis Lacalle Pou, y de Paraguay, Mario Abdo Benítez, en nombre de las economías más pequeñas del bloque, reclamaron flexibilidad de las normas existentes, para permitir acuerdos bilaterales con países extra regionales.

No es una propuesta nueva ni original. Hace tiempo que los socios más pequeños piden determinadas concesiones con el argumento que necesitan contemplarse las asimetrías existentes, teniendo en cuenta el peso que tienen Argentina y Brasil.

Pero el presidente argentino, Alberto Fernández, trancó fuerte, rechazó esa propuesta y advirtió que podría producirse una fractura, lo que echaría, definitivamente, por tierra el esfuerzo integracionista que empezó hace 30 años, y que marcha a los tumbos.

La posición argentina podría entenderse por las diferencias ideológicas que tiene Fernández, de tendencia progresista, con sus otros tres colegas, que son de centroderecha o derecha, como el brasileño Jair Bolsonaro.

Sin embargo, lo que queda en evidencia, -y no es la primera vez- es la crisis de un sistema comercial que parece estar agotándose, como en el resto del planeta, donde los  Acuerdos o Tratados de Libre Comercio (TLC), lo menos que han conseguido, ha sido liberar el comercio mundial.

El ex presidente de Uruguay José Mujica (2010-2015) ha advertido, muchas veces, que “existen unos 350 TLC vigentes y como 200 más negociándose”. “Quiere decir que no hay libre comercio”, sostiene.

Remitiéndose a los hechos, se puede observar que la región dispone, además del Mercosur,  de otra herramienta que se llama ALADI (Asociación Latinoamericana de Integración), que empezó a andar en 1980, y sustituyó a la llamada ALALC (Asociación Latinoamericana de Libre Comercio) que funcionaba desde 1960.

La ALADI también pregona que el objetivo es “promover la expansión de la integración de la región, a fin de asegurar su desarrollo económico y social” y como “objetivo final, el establecimiento de un mercado común latinoamericano”.

El Mercosur y la ALADI tienen su sede permanente en Montevideo, la capital de Uruguay, pero parece que no se hablaran, que no tuvieran nada que ver y que transitan por caminos diferentes.

Mucho menos comunicación parece existir entre estos organismos regionales y la OMC (Organización Mundial del Comercio), una institución planetaria que se estableció en 1995 y que tiene como cometido “ocuparse de las normas que rigen el comercio entre los países” y “garantizar que los intercambios comerciales se realicen de la forma más fluida, previsible y libre posible”.

Si el Mercosur fracasó hasta ahora, también la OMC y el resto de las instituciones. En definitiva el sistema de comercio mundial está en crisis y existe una confusión planetaria que “para entenderla “hay que tener un mapa, una superdotación cerebral para entender las reciprocidades comerciales acordadas en el mundo”, reflexiona el uruguayo Mujica.

Lo único que parece estar medianamente claro es que China avanza, con su particular filosofía oriental de vida, y de a poco socava la histórica hegemonía de Estados Unidos y Europa, sobre gran parte del planeta, y en particular el llamado “mundo occidental”.

Al lado de China caminan también India y Rusia, en un proceso histórico que todavía no se puede predecir pero que podría desembocar en un Nuevo Orden Mundial (NOM) o en una nueva guerra mundial. “Caminamos por una cornisa” advirtieron hace años los escritores Mario Benedetti (Uruguay) y José Saramago (Portugal), entre otros pensadores.

Existe una verdadera lucha de poder y en ese escenario, Estados Unidos puede reaccionar como un tigre herido y resistirse a entregar sus “dominios”. El tiempo dirá…

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Carlos Castillos
Carlos Castillos
Periodista y corresponsal en Uruguay y Paraguay de ContraPunto

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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