La administración de las finanzas públicas durante el período de Salvador Sánchez Cerén cayó en una especie de “trampa de austeridad”, como lo describen los economistas del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI), con sede en Guatemala.
Desde la perspectiva de Ricardo Castaneda y Lourdes Escalante, ambos investigadores y economistas del ICEFI, la gestión anterior ““que mantiene a sus principales responsables en la gestión actual, de Nayib Bukele”“ no dio al tema fiscal la importancia que tenía.
Como consecuencia, no cumplieron varias metas del Plan Quinquenal de Desarrollo, concluyeron Castaneda y Escalante en la entrevista de Canal 33.
En específico, el análisis del ICEFI se concentra en las áreas económica, social y fiscal. “La mayoría de metas en estos tres ámbitos se incumplieron, ¿por qué? Porque la administración anterior subvaloró qué tan importante era el tema fiscal”, dijo Escalante.
En efecto, durante la gestión de Sánchez Cerén fue necesario acudir a la Asamblea para pagar las deudas con fondos que originalmente estaban destinados a las áreas de Salud y Educación. Uno de los ejemplos es cuando el Gobierno no pudo cancelar su deuda con los fondos de pensiones, en 2017. Fue necesario reorientar US$56 millones del presupuesto nacional y sacrificar, entre los ministerios, a los de Educación y de Salud.
Escalante llamó a esto “la trampa de la austeridad: creer que recortar y recortar gasto era la solución”. En realidad, indicó, se trató de una falta de previsión.
“Los avances que se habían logrado en los primeros años de la administración, en los últimos dos años, se revirtió esa tendencia y lo que vimos fue, incluso, retroceso”, dijo Escalante.
Por ejemplo, en su informe, el ICEFI mostró que de 11 metas sociales establecidas en el Plan Quinquenal, tres se cumplieron y otras ocho mostraron avances insuficientes. Por ejemplo, los hogares en condición de pobreza extrema eran el 6.20 % del total a 2018, frente a un 7.2 % de 2014. La meta era reducir en tres puntos porcentuales este indicador, pero no se cumplió.
Nelson Fuentes, el actual ministro de Hacienda, asumió en 2018 ese mismo cargo ad honorem, luego que Sánchez Cerén decidió retirar al titular anterior, Carlos Cáceres. Fuentes terminó la gestión y ahora sigue al frente, bajo el mandato de Nayib Bukele. Junto a Fuentes también permanece Óscar Anaya, que también estuvo trabajando con los dos gobiernos del FMLN en el tema de las finanzas públicas. Ahora es viceministro de Hacienda.
Castaneda, en tanto, cuestionó si el Gobierno cambiará su manera de gestionar el tema fiscal. Es decir, si ahora piensan “continuar con una visión miope de las finanzas públicas, en el que se piensa que lo más importante es reducir el déficit, sin importar que esto sea a costa del bienestar de las personas”, enfatizó.
Uno de los desafíos más urgentes que tiene la nueva gestión, que inició el 1 de junio, es cumplir con las metas de la Ley de Responsabilidad Fiscal. Para lograrlo, entre 2020 y 2021 tienen que lograr una corrección equivalente a US$600 millones en el desequilibrio de las finanzas.
Además, hará falta tener asegurados US$5,000 millones en estos cinco años para cumplir con las deudas adquiridas por el Gobierno.
“Los desafíos que tiene el nuevo gobierno superan su propia capacidad”, subrayó Castaneda. Tanto los compromisos heredados, como los que contempla el Plan Cuscatlán, lo más parecido a hora al Plan Quinquenal de Desarrollo. “Ya vimos que la gestión anterior estuvo marcada por la polarización y la parálisis política”, agregó además el economista.
La recomendación es que ahora “empiecen por una de sus promesas que están establecidas en el Plan Cuscatlán, que es el pacto fiscal”. En este sentido, el ICEFI recomienda que las consultas sean transparentes, abiertas, inclusivas.
