El Gobierno federal alemán afirmó hoy que busca mantener la calma ante el enfriamiento de la coyuntura económica y no prevé por el momento tomar nuevas medidas para su estabilización.
La portavoz gubernamental interina, Ulrike Demmer, informó que el Gobierno no ve la necesidad para lanzar otras medidas que ayuden a sostener la actividad económica.
El Gobierno mantiene para este año su proyección de un ligero crecimiento económico, indicó la portavoz.
El producto interno bruto (PIB) se contrajo un 0,1 por ciento en el último trimestre del año, respecto al trimestre anterior, afectado por los conflictos comerciales internacionales y una economía mundial más débil.
Un portavoz del ministro de Finanzas alemán, Olaf Scholz, dijo que ya se han tomado o están previstas medidas económicas, como una amplia reducción del llamado impuesto a la solidaridad.
También se refirió a las inversiones récord del Estado. Scholz y la canciller Angela Merkel ya habían declarado que querían mantener el principio del "cero negro", un equilibrio presupuestario sin nuevas deudas.
En cambio, el director general de la Federación de Industrias Alemanas (BDI), Joachim Lang, cuestionó esta política de equilibrio presupuestario. "Los políticos deben dar rápidamente un fuerte impulso a la inversión pública y privada", sostuvo.
Lang subrayó que tras una década de fuerte crecimiento económico, con un nivel de empleo muy elevado y unos presupuestos públicos sólidamente financiados, Alemania dispone de un margen de maniobra, a pesar del freno de la deuda.
"El freno de la deuda, que está anclado en la Ley Fundamental, es más crucial que lograr el llamado ‘cero negro’. Ahora Alemania tiene que cambiar su política fiscal", declaró el directivo.