viernes, 4 octubre 2024

El efrit político migueleño

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Abdulá era un mercader de Bagdad que dueño de ochenta camellos los alquilaba para las caravanas que salían desde la ciudad. Un día se topó con un monje musulmán quien le contó que en una montaña cercana había tal cantidad de tesoros que ni cargados sus ochenta camellos disminuiría aquella fortuna. Después de estarle rogando largo tiempo Abdulá -el monje- le propuso que fueran por esa riqueza. La codicia de Abdulá quedó en evidencia. Acordaron una alianza: 40 camellos cargados de oro para cada uno del total de los 80. Así hicieron, los cargaron y se los repartieron. Andado un tiempo regresó Abdulá donde el monje y le pidió que mejor (siendo él un hombre de fe, no necesitaría tanta riqueza) le entregará 10 camellos más. El monje accedió. Abdulá viendo la facilidad que mostró el monje le pidió otros 10 más. El monje accedió otra vez. Y como la codicia no tiene límites Abdulá le pidió mejor que le entregará todos los camellos ya que siendo él hombre de Dios la riqueza no le era necesaria. El monje se los entregó todos.

Sin embargo el monje durante todo el viaje había guardado una cajita de pomada de sándalo que Abdulá pensó tenía alguna virtud mágica. Codicioso se la pidió al monje el cual también accedió a dársela. Abdulá le dijo que le explicara para qué servía aquella pomada. El monje le dijo que si se frotaba la pomada en el ojo izquierdo y cerraba el derecho podía ver dónde estaba la riqueza oculta en todo el planeta. Pero untando el ojo derecho se perdía la vista totalmente. Se aplicó la pomada en el ojo izquierdo y con la mano cerró el derecho y efectivamente pudo ver un gran caudal de riquezas. Pero como se cansaba la mano de tener tanto tiempo cerrado el ojo derecho le rogó que también le pusiera en el otro ojo. Advirtiéndole el monje que se quedaría ciego se le aplicaba en los dos ojos y poniendo a Dios de testigo que se lo había explicado el monje hizo lo que Abdulá le porfiaba como peligroso. Cuando Abdulá abrió sus ojos ya no pudo mirar más. Llorando le pidió al monje que sabiendo -él- tantas cosas y misterios le devolviera la vista. A lo que le respondió: ¿no te advertí de lo que te sucedería? Se muchas cosas menos el secreto para devolverte la vista. Dios te había dado muchas riquezas que demostrarte ser indigno de poseer y ahora te las ha quitado por codicioso. El monje juntó los 80 camellos y comenzó su camino dejando a Abdulá llorando, suplicando, ciego, pobre y en medio del desierto hasta que unos peregrinos lo encontraron y lo trajeron de nuevo a Bagdad. Desde ese día es mendigo y solo acepta limosnas si antes le propinan una bofetada en el rostro.

II

Hace 21 años luego de malos gobiernos municipales y un mal candidato arenero un joven comerciante de San Miguel, conocida igualmente como la perla del oriente, que había sido acusado, preso y liberado de financiar una razzia de pandilleros fue electo alcalde de la ciudad. Por 15 años su buena fortuna lo acompañó. Ni juntos todos los partidos políticos podían ganarle por eso todos (PDC, PCN, ARENA, GANA) se lo pelearon como miembro para por su medio no solo ganar una alcaldía importante sino también un diputado y, el pueblo lo apoyó. Él incluso hasta votaba por sus adversarios en señal de su sobrada popularidad. Hasta que un año lo abandono la suerte y perdió por su notoria codicia al pueblo. Desde entonces comprendió que ya aquel ímpetu de macho sin dueño se esfumó. Sus gracias comenzaron a perder encanto y comprendió que sin alianzas no lograría volver al palacio municipal. Sus excesos personales, los enemigos que forjó, el bullying que implantó como moda en la ciudad y su cambio de vida de vendedor de billetes de lotería ha acaudalado casateniente migueleño que acompañaron los años de las vacas gordas, le pasaban ahora factura que comenzaban sus años de las vacas flacas. Y como a Donald Trump, una vez caído en desgracia ya casi nadie lo reconocía como alguien poderoso -y era eso lo que más le dolía de haber perdido el poder- decidió en 2018 pactar con ARENA para hacer una alianza y ganar la alcaldía otra vez. Pero venido a menos ya los areneros migueleños optaron por no asociarse con él haciéndolo perder por segunda vez su fastuoso poder. Llegado el tiempo y metido a presentador de televisión (imitando a Tony Saca y Mauricio Funes) encontró su versión de montaña de la riqueza y embarcó a Nuevas Ideas para que al igual que ARENA cuando fue alcalde con ese partido desintegrará a toda su estructura local a cambio de sus 80 camellos que vacios esperan ir a ser cargados de oro y riqueza el próximo 28F. Y en esas estamos ahora.

Corolario:

Las gentes, vivientes fuera de la villa de San Miguel de la Frontera le han conferido a Wil Salgado los poderes de Efrit político migueleño. Y por eso todas las dirigencias de San Salvador han caído en su trampa. Creen que Salgado es una especie de apacienta ganado genial y dotado de un gran poder capaz de realizar acciones buenas y malas a la vez. Es decir un genio único de la lámpara maravillosa con poderes duales al cual es mejor tener de amigo que de enemigo porque pertenece a los genios más fuertes que los malos genios.

Cuando en realidad es ya solo eso. Un cuento de las mil y una noches.   

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Marvin Aguilar
Marvin Aguilar
Analista político, historiador, colaborador y columnista de ContraPunto
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