El virus aparecido en China a principios de diciembre del 2019, fue tomado como un problema particular de los chinos, cuyo impacto en dicho momento, no había llegado a los otros continentes. La existencia de estas pandemias, se ha presentado en distintos momentos de la humanidad, la cual no ha estado preparada para recibir los efectos causados.
A finales de enero 2020, el SARS-COVID-19 se expandió a todos los continentes causando severos contagios y muertes. Para algunos era difícil aceptar que un nuevo virus había llegado y lo más grave, ninguna nación estaba preparada económica y sanitariamente. Además, evidenció la presencia de una nueva política de población lanzada por las dos grandes potencias: China y EE., UU.
En el caso particular de El Salvador, se evidencia la falta de una política de población, donde se lleve un control planificado de la misma. La llegada del SARS-COVID-19 al país, generó un estado de alarma en las autoridades, representadas en el ejecutivo, gobiernos locales y legislativo, algunas medidas puestas en marcha fueron: el cancelamiento de los vuelos provenientes de países infectados; la cuarentena de los salvadoreños provenientes del extranjero; seguridad en los puntos ciegos; cierre de las fronteras; prohibición de los espectáculos públicos y deportivos.
En base a los anterior, ¿qué implica una política contar con una política de poblacion? En primer lugar, le permite conocer a los Estados determinados resultados demográficos cualitativos y cuantitativos; en segundo lugar, articular diferentes elementos, como: tamaños familiares, composición de la población y los gastos sociales dirigidos a los distintos estratos de la sociedad. Así pues, conocer los elementos básicos de la población en un territorio, permite orientar de manera correcta políticas sociales y económicas dirigidas a las personas vulnerables.
Ante dicha situación los científicos sociales nos preguntamos ¿qué medidas puede tomarse en un futuro para resolver esta problemática? La posible respuesta puede abordar ciertas acciones a realizar en el futuro. Veamos:
- Realizar un censo de población actual, donde se reflejen las condiciones socioeconómicas, donde se identifique a la población vulnerable en el país.
- Hacer una revisión crítica de los programas sociales, entre ellos: el subsidio al gas propano y la pensión al adulto mayor.
- Actualizar cada cinco años los censos, encuestas de hogares múltiples, entre otros instrumentos, que proporcionen información veraz sobre la población.
- Diversificar la formación de especialistas interdisciplinarios, como, por ejemplo: epidemiólogos, infectológos, demógrafos, sociólogos, psicólogos etc., en conjunto con la Universidad de El Salvador y otras instituciones.
- Accionar interinstitucional entre diferentes entidades, como MINSAL, UES, OMS/OPS, Centros de Investigación y otras que aporten a la prevención y solución de problemas ante emergencias mundiales.
La realización de dichas acciones, puede mejorar los sistemas de salud y la correcta elaboración de políticas de población, cuyo objetivo sea identificar las personas vulnerables y mejorar los sistemas sanitarios en el país.