La presidenta de Comisión Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (CONAMYPE), Ileana Rogel, informó que en el último año de gestión (junio 2014 – mayo 2015) se han fortalecido más de 15 mil unidades económicas en todo el país. Añadió que los créditos productivos gestionados por la entidad para las MYPE rondan los $18.5 millones.
Los beneficios se reflejan en el apoyo a través de programas, proyectos y servicios empresariales brindados por la institución y sus aliados estratégicos con una inversión cercana a los $8 millones.
Rogel añadió que se han puesto en marcha de 930 nuevas iniciativas empresariales a través de los programas de CONAMYPE Mujer y Negocios, Comunidades Solidarias Urbanas y Juventud Emprende.
Además se registra un incremento en ventas nacionales a MYPE por $ 20.3 millones e incremento en ventas de exportación por $ 581,062.79 generadas por la intervención de los CDMYPE.
Generación de 4,696 empleos por la intervención de los CDMYPE, de los cuales el 52 % son hombres y el 48% mujeres. También se contabilizan ventas por $ 534,758.00 a través de la facilitación y acompañamiento a personas empresarias, artesanas y emprendedoras en espacios y eventos de comercialización de productos y servicios.
Una de los mayores obstáculos señalados por especialistas es la formalidad versus informalidad de las empresas.
Al respecto Ingrid Figueroa, Directora Ejecutiva de Centro Regional de Promoción de la Micro y Pequeña Empresa (CENPROMYPE), explicó que el tema de la formalidad pasa por simplificar una serie de procesos, con sus costos y tiempos y que el empresario necesita también realizar para lograr trascender a la formalidad. Debe haber incentivos, eso pasa por diálogos políticos donde los legisladores deben tomar datos, información para superar estos retos.
Por otro lado, también hay mucho autoempleo que está en la informalidad que se puede ver como una oportunidad para emprender y lograr que a esas empresas se les acompañe en su etapa inicial y que puedan trascender hacia empresas formales.
Actualmente, las micro, pequeña y mediana empresa (MIPYME) representan el 95% del parque empresarial en Centroamérica y constituyen un arma para atacar muchas de las causas de exclusión, desigualdad y violencia de género a las que se enfrenta la región.