viernes, 26 abril 2024

Aprendiendo de todo

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Soy un guerrero maya precolombino, que fue sacrificado para contar con el apoyo de los dioses, para tratar de ganar una guerra en que participaba mi pueblo. En mi juventud, hace aproximadamente 24 siglos, tuve la oportunidad de tener una educación relativamente buena, soy nieto de un gran guerrero y mano derecha del caudillo de mi pueblo, el cual dominaba unas doscientas leguas a la redonda. 

Aprendí­ a leer varios idiomas de los conquistadores y algunos cuantos de los conquistados, me lo enseñaron otras muertos que no han logrado llegar al lugar de los dioses en las profundidades de la tierra.

Los muertos no podemos escribir, algunos hemos aprendido, lo podemos hacer, pero no se marca nada en las superficies en que pretendemos grabar nuestros jeroglí­ficos o  letras. Un gran amigo muerto me enseñó a incidir en la mente de algunas personas vivas, de esos que tienen el don de poder vernos y hablar con nosotros. Por ejemplo, en este caso he logrado hacer que mi amigo Shanty me sirva de esclavo o de servidor para escribir este artí­culo.

Creo que la mayorí­a de los muertos que andamos vagando en este mundo hemos aprendido sobre cómo piensan algunos personas vivientes, como ven la realidad y la interpretan;  yo comparo mi visión de la realidad con la de ellos, no hay mucha diferencia, aunque yo veo cosas que ellos no ven; luego comparo la interpretación de ellos con la mí­a, allí­ surgen diferencias producto de la forma como ven la realidad (ideologí­a) y por supuesto como consecuencia de defectos en los órganos sensoriales. Me causa mucha risa ver como los vivientes trasladan a los otros sus interpretaciones de la realidad, allí­ intervienen otros aspectos propios de la comunicación como los intereses, veracidad, vocabulario, estilo, volumen, etc.

Al saber leer he tenido la posibilidad de saber de todo, claro que prefiero la cultura precolombina;  eso ya es historia, aunque en la actualidad en algunos paí­ses le han puesto mucha atención a la Antropologí­a, Arqueologí­a, Historia, para poder entender la forma de ser, vivir y morir, de las poblaciones de ascendencia precolombina.

Me gustan las guerras de la antigüedad especialmente en las que uno de los contendientes eran los pueblos chinos, griegos y romanos; me cuesta entender las guerras en ífrica, así­ como también las de los escandinavos o pueblos del norte europeo. Yo he aprendido mucho de las guerras, de tal manera que al inicio de la Segunda Guerra Mundial, logré influir en las mentes de algunos de los estrategas alemanes y japoneses, porque yo estaba de acuerdo que otras naciones se habí­an aprovechado de Alemania y de Japón, pero luego me di cuenta que también ellos tení­an ambiciones parecidas a las de sus antiguos opresores.

En cuestiones del amor, me encantan los amores de los grandes guerreros de la antigüedad, la descripción de la belleza de las propietarias de sus corazones, aunque no fueren parecidas a mi novia.

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Santiago Ruiz
Santiago Ruiz
Columnista Contrapunto.
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