Texto dpa, foto dw
Con la retirada de las aguas en las regiones fuertemente afectadas por las inundaciones en Alemania, el tamaño de la destrucción se vuelve visible. Hay barro, escombros y suciedad por todas partes.
En medio de coches destrozados y restos de muebles, los habitantes de los estados federados más afectados por el temporal, Renania del Norte-Westfalia y Renania-Palatinado, buscan encontrar un poco de orden en medio del caos. Llevará semanas, incluso meses, poder superar tan solo las consecuencias visibles de la catástrofe que llevó a la muerte a más de 150 personas.
De acuerdo con las informaciones actuales, 110 personas murieron apenas en el distrito de Ahrweiler, en Renania-Palatinado. Este domingo, los rescatistas seguían buscando víctimas en algunas localidades, en parte completamente destruidas. La policía de la ciudad de Coblenza dijo que se teme que el número de muertos siga subiendo.
La pequeña ciudad de Bad Neuenahr-Ahrweiler quedó reducida a escombros. Grúas levantan autos que quedaron atrapados en calles estrechas. Frente a las casas se agolpan mesas, sillas y otros objetos domésticos destruidos. Habitantes como Thomas Bähr sacan barro a paladas de su casa. “Acabamos de comprarla”, cuenta sobre su casa de 300 años de antigüedad.
Peter Geller vive pegado al muro del siglo XIII de la ciudad. En su patio fue encontrada una mujer muerta. Las fuerzas de rescate llegaron recién después de unas horas para retirar el cadáver.
“No dan abasto con los muertos”, afirmó Geller el sábado. Otro vecino, Karl-Heinz Conradt, sabe con certeza de cinco familiares que murieron.
Muchas localidades seguían sin luz y teléfono este domingo. La policía advirtió que los cables de electricidad expuestos ponen en peligro a las personas. Un gran número de calles sigue sin ser transitables.
En vistas de la enorme destrucción y sus consecuencias para las personas, Renania-Palatinado amplió su oferta de ayuda psicosocial.
“No queremos dejar solas a las personas que están sufriendo la pérdida de una persona por este temporal catastrófico, se encuentran en una situación de emergencia o que lo perdieron todo debido a estas fuerzas naturales”, explicaron el ministro Social de Renania Palatinado, Alexander Schweitzer, el encargado de protección de las víctimas, Detlef Placzek, y la ministra de Educación regional, Stefanie Hubig.
En medio de la tragedia, parece difícil imaginar que la vida se normalizará pronto. “Nuestros pueblos no volverán a ser como eran”, dijo el sacerdote Michael Schaefer al inicio de su misa de domingo en Adenau, cerca de la cadena montañosa de Eifel.
Por suerte, no se registraron muertos allí. Pero a esa parroquia pertenece el pueblo de Schuld, que sufrió una enorme destrucción y al que viajó este domingo la canciller alemana Angela Merkel para hacerse un cuadro de la situación.
En Renania del Norte-Westfalia el regreso a la normalidad también parece distante. Aquí también están en marcha las actividades de desescombro. En la carretera federal 265 se veían este sábado autos entre y debajo de camiones. Las Fuerzas Armadas alemanas (Bundeswehr) ayudan en la tarea con tanques.
En la ciudad de Erftstadt, 6.000 de sus 50.000 habitantes se vieron directamente afectados por la catástrofe, según indicó la alcaldesa Carolin Weitzel este sábado. Añadió que debe ser reconstruida toda la infraestructura de la ciudad.
En todo el estado federado de Renania del Norte-Palatinado murieron 46 personas debido a las inundaciones, según los datos disponibles hasta este domingo por la tarde. Y, sin embargo, muchas de ellas siguen buscando familiares desaparecidos.
La situación es especialmente compleja en el barrio de Erftstadt-Blessem, donde especialistas están examinando los bordes de ruptura de un deslizamiento de tierra. Allí se formó un enorme cráter debido a las inundaciones, arrastrando al menos tres casas y parte del castillo histórico. Por otra parte, la amenaza de una posible rotura de la presa del embalse de Steinbach preocupaba hoy a los expertos.
En tanto, la disposición a ayudar es grande, tanto entre los habitantes de las zonas afectadas como en el resto del país. Los campamentos con donaciones de alimentos y vestimenta están bien abastecidos, según se informó hoy desde los distritos Euskirchen y Rhein-Erft, en Renania del Norte-Westfalia. Crearon cuentas y piden donaciones de dinero para ayudar a las víctimas, ya que según afirmaron actualmente cuentan con suficientes donaciones de bienes.