viernes, 26 abril 2024
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Sobre Panamá Papers

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Lo que durante años fue un rumor sin fundamento o pruebas reales, por fin ha salido a la luz: la revelación de más de once millones y medio de documentos que exponen la importante y muy productiva actividad de las sociedades offshore, es decir, sociedades o empresas establecidas fuera de su área local, generalmente en islas o paí­ses considerados como paraí­sos fiscales, por contar con menor presión en leyes fiscales y laborales, entre otros grandes beneficios. Son también llamadas “Sociedades no residentes” pues no realizan ninguna actividad económica ni comercial; el o los dueños de dichas sociedades o empresas realizan sus negocios en otras partes del mundo y utilizan el paraí­so fiscal sólo como domicilio legal.

El término “paraí­so fiscal” se aplica a cualquier paí­s en el que inversores extranjeros establecen sociedades o empresas en su territorio con enormes ventajas tributarias; dicho paí­s permite la coexistencia de dos sistemas fiscales: uno aplicado a empresas y personas residentes del lugar obligados al pago normal de sus impuestos, y otro a extranjeros quienes reciben el beneficio de casi la total exención de sus obligaciones tributarias o una reducción bastante significativa, lo que convierte a dicho paraí­so en el lugar ideal para establecer sus sociedades offshore. Entre las ventajas más significativas para estas sociedades o empresas: están exentas del IVA, del impuesto sobre actividades económicas o el pago de contribuciones sociales, gozan de estricta confidencialidad, entre otras.

Probablemente lo anterior no sea muy conocido por algunos y lo primero que se nos viene a la cabeza es considerar que los paraí­sos fiscales, al permitir que dichas sociedades o empresas se establezcan, permiten también que no cumplan con sus obligaciones tributarias en sus lugares de origen. La realidad es que dichos paí­ses (con pocos recursos naturales para explotar) utilizan esta estrategia principalmente con el fin de atraer divisas extranjeras y mejorar su economí­a. Obviamente estos paraí­sos fiscales no son bien vistos por paí­ses en donde el pago de tributos puede rondar hasta el 50% de los ingresos reportados por una persona fí­sica o empresa (en paí­ses europeos por ejemplo), y ven esta práctica como una fuga de capital. En los últimos años muchos gobiernos han tratado de implementar medidas que obstaculicen o dificulten la transferencia de activos a paraí­sos fiscales. Sin embargo, las nuevas formas de comercialización y la tecnologí­a al servicio de la economí­a global han hecho prácticamente imposible detener ese flujo de capital lo que ha contribuido a que en lugar de decrecer, las sociedades offshore incrementen su número.

Lo que ya inició con llamarse “Panamá Papers” es una investigación que ha revelado cómo empresarios, polí­ticos, deportistas y artistas supuestamente evadieron impuestos con ayuda del despacho de abogados Mossack Fonseca establecido en Panamá. Todo inició con la filtración de más de 11 millones de documentos que cubren las actividades de Mossack Fonseca desde 1977 hasta 2015, que fueron entregados al periódico alemán Süddeutsche Zeitung. La información fue compartida luego con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICJC) con el objetivo de contrastar y verificar los datos contenidos. 

 
Para ello se requirió de la ayuda de más de 300 periodistas pertenecientes a 78 paí­ses, quienes en el último año analizaron los datos de más de 200 mil empresas offshore vinculadas con personas fí­sicas o sociedades de al menos 200 paí­ses. Esta puede considerarse la mayor colaboración de periodistas que ha incluido a los siguientes medios: la BBC, Le Monde, The Guardian, Univisión, ABC (EE.UU.), La Nación, Miami Herald, Expresso, Le Soir o La Sexta.
Cuando la firma Mossack Fonseca se enteró de que dichos datos se harí­an públicos, se apresuró a enviar correspondencia a todos sus clientes con la advertencia de que su sitio podrí­a haber sido hackeado. El periódico alemán ha desmentido lo anterior y ha sostenido que su fuente es confiable y que su ética les impide considerar un acto similar.

Sea que se dude o no de la fuente o se quiera tapar al sol con el dedo, la realidad aplasta cuando parte de la investigación revela que muchas de las transacciones ahí­ descubiertas fueron utilizadas para sobornos, tráfico de armamento, evasión de impuestos, narcotráfico, etc. y la investigación apenas inicia. De hecho ya se revelaron algunos nombres de empresarios salvadoreños vinculados a sociedades offshore. Eso justificarí­a el milagroso capital que ahora muestran algunos polí­ticos o empresarios salvadoreños quienes de la noche a la mañana, y sin tener salarios asignados, han cubierto sus deudas en poco tiempo y se han hecho de un capital propio.
Como quiera que sea, estamos ante el inicio del que quizás sea el escándalo financiero más grande de los últimos tiempos. Veremos cómo continúa.

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Mercedes Seeligman
Mercedes Seeligman
Columnista Contrapunto

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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