Surge el interlocutor alternativo en la unidad plurinacional y popular
Lo que pasa
Ya quedó claro que lo que ocurre aquí es la puesta en práctica de un plan geopolítico regional que implica una restauración oligárquica. Y que esto se hace por medio del Plan para la Prosperidad del Triángulo Norte de Centroamérica (PPTNCA) ―el cual impulsará más mineras, hidroeléctricas y palma africana― y de la “lucha contra la corrupción”, una táctica manipulativa que les da “legitimidad popular” a los cambios de gobierno hechos mediante golpes de Estado blandos, los cuales sirven para poner a incondicionales de la geopolítica en la administración pública.
La facción oligárquica moderna y corporativizada (los “dionisíacos”) ―cuyos mayores lucros vienen de inversiones globales y no locales― adhirió al plan comprando su impunidad ante la CICIG mediante el pago de impuestos atrasados y propiciando el surgimiento de una izquierda rosa que ―también quedó claro― está integrada por oportunistas progres y biempensantes que, de 2015 para acá, se han ido evidenciando como corruptos, no sólo en los casos Transurbano y MSPAS, sino también en el caso de los millennials que se ofrecieron al público como epítomes de la “nueva política” y que hoy trabajan a sueldo del capital especulativo transnacional (Soros et al) y de agencias internacionales de “ayuda” cuyo rol ha sido históricamente antipopular, pro-oligárquico y contrainsurgente.
También quedó claro que, una vez caída en desgracia esta pink left, la geopolítica ha decidido ungir ―para administrar el PPTNCA desde el Estado― a la nueva derecha lila, compuesta por empresarios “progres” que evocan la cantina como alegre sucedáneo “posmo” del ágora de la elitista democracia griega, tan cara al neoliberalismo.
Por otra parte, la facción oligárquica atrasada y rancia (los “alvaricos”) ―cuyos mayores lucros vienen de inversiones locales ligadas al latifundio y a la sobreexplotación del trabajo, y que no paga impuestos―, protagoniza una pugna inter-oligárquica con los “dionisíacos” por el control del PPTNCA, la cual se ha extendido a Washington mediante lobbies que apelan a funcionarios de Obama (que poyan a la CICIG) y a funcionarios de Trump (que no la apoyan tanto). Esta pugna se expresa en un juego de pelota en el que se suceden golpes y contragolpes de un lado y del otro, para lo cual se instrumentaliza a gusto al corrupto sistema de justicia y a sus funcionarios, los cuales juegan de uno u otro lado según quién pague los sobornos.
Lo que se hace
Ante esta farsa, el gran instrumento político que parte las aguas para trocarse en interlocutor alternativo a la oligarquía frente a las potencias de la tripolaridad global, crece y se multiplica en su imparable camino hacia una Asamblea Constituyente Plurinacional y Popular (ACPP), objetivo en el que convergen las fuerzas políticas del pueblo, por lo que el trabajo organizativo de crecer y formar cuadros se combina con el de forjar la unidad de criterio y acción de todas las expresiones populares que integran este magno esfuerzo, así como con el de hacer alianzas con organizaciones de pequeño empresariado anti-monopolista, capas medias asalariadas y otros sectores afines a un interés nacional-popular ―interclasista e intercultural― que des-oligarquice la atrasada economía y democratice el Estado, las relaciones interétnicas y el acceso al capital para el pequeño empresario. La ACPP es el objetivo táctico inmediato, y hacia él se dirige el paso firme del pueblo organizado.