viernes, 26 abril 2024
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No es la tasa de descuento del gran capital la que está en juego: es la PATRIA

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Es hora de la Patria para una república nueva, descubierta por un nuevo pensamiento incubado en la nueva generación  de nicaragí¼enses su juventud en todos sus estamentos.

La así­ llamada lucha cí­vica, encabezada por los estudiantes universitarios distingue y señala, el no uso de medios de guerra para enfrentar la represión que ejerce el Estado sobre la sociedad nicaragí¼ense. (La densidad en marchas ciudadanas de masas organizadas y los tranques son los instrumentos principales de su formas de lucha).  La lucha cí­vica ha demostrado en el seno del pueblo que es efectiva como herramienta  para la toma de consciencia polí­tica.  La represión organizada de la policí­a nacional, los paramilitares y las llamadas “turbas sandinistas” que cambalacharon lo divino (así­ les llamó el tirano a las masas revolucionarias en su entonces) por el adjetivo asesino, responden a una ordenanza polí­tica de mando unificado. La composición de este cuerpo represivo que ataca, golpea, tortura y asesina al pueblo, a la juventud su reserva humana más preciada, permite levantar  conjeturas que mientras la realidad no las desdiga tienen razón de existir en el imaginario popular y sus destacados luchadores.

Todo parece indicar que la capacidad de orden y represión de la Policí­a nacional fue rebasada en los primeros dí­as de la rebelión o insurrección cí­vica.  Los cuerpos  paramilitares de Ortega, las pandillas de turbas sandinistas identificadas como Juventud Sandinista, la incorporación de  los llamados nostálgicos combatientes sandinistas y militares retirados y en reservas, participaron (participan) en la recomposición de fuerzas para la represión. A este nuevo conglomerado es al que las masas del pueblo han estado enfrentando y lo seguirán haciendo pací­fica y cí­vicamente con gran costo en vidas, en tanto el ejército nacional mantiene su compromiso polí­tico de acuartelamiento.

La masacre de jóvenes de todos los estratos sociales y credos religiosos y trabajadores de todos los oficios es una herida como estigma sagrado que no cerrará ni debe cerrarse en la memoria del pueblo. La historia polí­tica de Nicaragua pareciera ser la del “eterno retorno”, fatalismo histórico que sabotea la idea de patria para todos. El “eterno retorno” es el movimiento porfiado de unos cuantos, que son siempre los mismos vencedores en los aluviones populares. Revueltas, asonadas, revoluciones,  insurrecciones casi siempre provocadas por contradicciones polí­ticas y de justicia que no encontraron salida adecuada en la hora propicia.

Los nicaragí¼enses con facilidad sufrimos paroxismo cuando de la soberaní­a Patria se trata; las guerras nacionales y centroamericanas están signadas y provocadas por esta pasión. Cuando se trata de desarrollo económico social capitalista ““se hace necesario calificarlo- las referencias fundacionales de la República se diluyen, los gobernantes hacen de sonsos y las organizaciones polí­ticas también.

Me es necesario disgregar. Nadie como Sandino nos enseñó el peso que tiene la SOBERANIA NACIONAL, en la base constructiva de la REPUBLICA. Sandino nos indicó el peso especí­fico de tal valor fundacional. Los liberales Jerez y Castellón en el siglo XIX fueron responsabilizados por nuestro pueblo como causantes de la presencia conquistadora del filibustero Walker, de la Guerra Nacional Centroamericana y la destrucción humana y riquezas del acervo de entonces. Consecuentemente los ciudadanos renunciaron por vergí¼enza a militar en las filas liberales por décadas.  Lección pendiente en las filas del danielismo.

Y, la LEY CONFISCATORIA 840, QUE ENTREGA LA SOBERANIA NACIONAL A UN CHINO A CAMBIO DE LA PROMESA DE CONSTRUIR UN CANAL INTEROCEANICO POR EL TERRITORIO NACIONAL, en dónde coloca al gobierno de Ortega y a los que organizaron el llamado modelo publico privado?. Pues es necesario recordar que las filas militantes del danielismo, el Cosep y sus voceros saludaron la entrega de la Soberaní­a Nacional como un trueque inevitable por el progreso económico y social de Nicaragua. ¿Hasta dónde llegó ese modelo? ¿Qué hay que reconocer de bueno y qué de censurar y corregir? Los campesinos de la lucha contra la ley 840 por la soberaní­a y contra el canal están alzados en lucha contra el Tirano y son parte del trabuco cí­vico en lucha contra la Dictadura. ¿Cómo los ven y miden los voceros del gran capital?.

Daniel Ortega y su mujer Rosario, se nutrieron en este caldo polí­tico de nuestra historia polí­tica; ellos abandonaron las ideas heredadas de las luchas revolucionarias de los pueblos contra el colonialismo, el imperialismo, el capitalismo y las de nuestra propia historia ejemplarizada en el General Augusto C Sandino.  Ellos abandonaron la educación patriótica de sus primeros dí­as de vida polí­tica  por las prácticas nefastas de pactar con lo peor, si de esas alianzas dependí­a el poder polí­tico que anhelaban. Como arquitectos del mal elaboraron una mezcla de ideas hí­bridas y raras que les permitió pactar con el gran capital, predicar un socialismo sin sustancias genuinas y un cristianismo con prácticas esotéricas de muñecos y alfileres. Daniel y Rosario, llenaron los vací­os dejados en el vaciamiento ideológico del sandinismo y abrazaron con destreza el cinismo, el arte del engañó, la “bandidencia” como astucia y práctica. El internacionalismo lo abandonaron por alabanzas vací­as, discursos falsos y acuerdos inconfesables.

Pasar por tonto o hacerse el tonto por conveniencia, es aquel militante que alza a Sandino en su corazón y ser cándido para sostener ante propios y lejanos que en Nicaragua el danielismo desarrolla una nueva etapa del proyecto revolucionario del FSLN. A estos ciudadanos militantes en las filas del FSLN y quienes se auto llaman sandinistas mas no danielista, les conviene reflexionar profundamente su militancia polí­tica en esta hora adversa, porque es la hora de la Patria y solo hemos de ver luz brotando de ella. Hacerse el tonto o ignorar la represión asesina que encabeza Ortega y Murillo, es hacerse cómplice de toda la tragedia que vivimos.

Justicia e institucionalidad democrática es el tema del diálogo que abre y cierra simultáneamente expectativas en las filas del pueblo. ¡De las entrañas de los jóvenes que encabezan la insurrección cí­vica nació el lema ORTEGA FUERA!! La pareja ha igualado a Somoza en muchas cosas y superado en otras, porque dicen por ahí­, que la historia se repite bien como comedia bien como tragedia. Los nicaragí¼enses de hoy estamos repasando la tragedia de ayer. La lucha popular es oportuna y abre una ventana histórica hacia una nueva Nicaragua, con reglas claras de convivencia democrática, con la estructura jurí­dica de un estado social de derecho, con transparencia y rendición de cuentas a los ojos de los nicaragí¼enses de todos los estratos y territorios.

La sola discusión para encontrar los caminos y algoritmos que nos conduzcan a las soluciones requieren que Ortega y Rosario no estorben, no estén dirigiendo soluciones y respuestas de sus chisteras embrujadas de poder e ignominias. Las condición que los jóvenes estudiantes y representantes del movimiento campesino pusieron en el Dialogo es correcta y sana para hallar las respuestas y el Tirano pare la matanza de tanta sangre joven. Con la pareja de dictadores fuera del territorio nacional los arquitectos que el pueblo conozca y crea en ellos, podrán crear la nueva figura de la República que hemos soñado.

Estudiantes y campesinos son nuestro ingenio de lucha; los distintos estratos de nuestra sociedad van encaminándose a desarrollar una fuerza potente capaz de dar al traste con la resistencia del Tirano y su mujer.

Son muchas las evidencias en  de que Ortega se atrinchera militarmente en El Carmen, se apertrecha para resistir y mejorar sus posiciones de negociación no ante los muchachos y los campesinos anti canal sino con el Gran Capital. “Si quieren que me joda solo, pues no jodemos todos”. No le importa el juicio polí­tico sobre los asesinatos constatados como poco le importa el contundente informe preliminar de la CIDH. O el próximo levantamiento de los expertos de la CIDH, porque aferrado a la fuerza bruta y enfermiza, prefiere pensar que como Hitler morirá en el bunker antes que rendir cuentas por sus crí­menes.

Los personeros del gran capital en especial Pellas han propuesto la salida de Ortega por la ví­a institucional, es decir, adelantando la fecha de las elecciones. La misma iniciativa que algunos de sus voceros llamaron aterrizaje suave. Esta solución no es posible. La fuerza es la que puede y moverá a Ortega. La familia Ortega Murillo y cercanos también comprende intereses de gran capital. Existirá un momento en la lucha del pueblo en que sus familiares y cercanos reflexionaran la salida del poder. Supondrá un arreglo y en ese arreglo los JOVENES Y CAMPESINOS NO PUEDEN SER NINGUNEADOS. El gran capital tiene velas en este escenario. Pilatos no tiene lavamanos en este juego; tampoco debe estar Judas en la mesa.

Si de disponer de fuerzas y Constitución se trata las elecciones deben ser a más tardar en Octubre con las condiciones institucionales necesarias aunque sean transitorias a perfeccionarse después; la interpretaciones constitucionales requeridas deben ser después del acuerdo polí­tico entre Ortega Murillo y su gobierno. El estamento funcional del Estado Nicaragí¼ense responde al tinglado guiñol de la pareja tirana. La Tiraní­a no está en condiciones de exigir trato dignatario pues esta manchada de sangre y debe ser juzgada como genocida. Basta de paños tibios y auto engaños.

La conferencia episcopal debe seguir coadyuvando a la solución. La buena fe no basta en este tinglado. Los templos católicos como los recintos universitarios deben estar dispuestos para la batalla final. El Ejército nacional debe ser conminado, no deben caber conjeturas como las que los francotiradores, contingente activo esencial en la represión salvaje contra las masas cí­vicas en protestas, son de sus filas: la presencia del Dragonov ha sido despejada y tal fusil es tutela principal del Ejercito Nacional. Los comunicados del EN conminan a que la ciudadaní­a debe creerle a pies juntilla sus declaraciones. Las evidencias son engaños en estas situaciones.

¡FUERA ORTEGA, FUERA MURILLO!

¡VIVAN LAS MADRES DE ABRIL!

¡MEMORIA ETERNA A LOS JOVENES INMOLADOS!

¡VIVA NICARAGUA LIBRE!

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Henry Ruiz
Henry Ruiz
Comandante de la Revolución Sandinista de Nicaragua

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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