El Camp Nou se vistió de gala para recibir, lo que los expertos del mundo del fútbol llamarían una final anticipada, ya que hoy se ha disputado el duelo más atractivo de las semifinales de la Liga de Campeones de Europa, que tendría como protagonistas al Liverpool y al Barcelona.
Los blaugranas recibían a una Liverpool con hambre de triunfo, buscando borrar la herida que supuso perder la final ante el Real Madrid el año pasado, pero Messi también tiene entre ceja y ceja ese místico trofeo, que prometió a principio de temporada ante la hinchada culé y al final el primer asalto de la serie se ha decantado a favor del cuadro comandado por el astro argentino que se impuso por 3-0.
Contrario a lo que refleja el partido, el Liverpool controló el partido de principio a fin, pero la suerte no ha estado de su lado, el descalabro comenzó al minuto 24, cuando Naby Keita tuvo que ser sustituido por Henderson debido a una lesión, lo cual provocó que Milner se recostara a la banda izquierda, dejando el callejón derecho libre para las subidas de Jordi Alba, que en su primer arribo a territorio rival mandó un centro medido hacia el desmarque de Luis Suárez y el Uruguayo la mandó a guardar de primer toque.
Aún con la desventaja en el marcador, los ingleses no bajaron el pie del acelerador y estuvieron cerca de encontrar la igualdad cuando Salah sacó un centro a punto penal para Sadio Mané, el atacante senegalés dejó atrás la marca de Piqué y Sergi Roberto pero al momento de empalmar el balón su remate se fue por encima del travesaño y el juego se fue al descanso con el 1-0.
En la segunda mitad los de Mercyside no bajaron los brazos y seguían buscando el gol del empate. Salah y Milner lo intentaron con dos tiros desde la frontal, pero ambos fueron repelidos de manera brillante por Ter Stegen.
Valverde intentaba encontrar la llave para recupera el ritmo del partido y decidió prescindir de Coutinho en el campo para dar ingreso a Semedo, pero la solución real estaba en el campo y lleva el brazalete de capitán, Messi tomó el esférico en los linderos del área y tras una serie de rebotes que involucró a Suárez, Sergi Roberto y el larguero, el diez se quedó solo frente a la portería para volver a inflar las redes de la portería rival.
Parecía que el duelo estaba solucionado, pero Messi no había terminado su exhibición y poco después del minuto 82 recibió una falta de Fabinho, se plantó frente a la redonda y ejecutó un disparo hacia el ángulo que hizo inútil la estirada del portero Alison Becker firmando así el 3-0.
Salah tendría una última oportunidad para llevar una gota de esperanza a los reds, al pararse sólo en el área chica producto de una jugada rocambolesca, pero el arco se le cerró y su remate fue a parar al poste y el marcador ya no se movería.
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Foto cortesía El País