Por Hans Alejandro Herrera Núñez
Como si los rubíes cantarán, así fue la voz mítica de Ymac Sumac (Zoila Augusta Emperatriz Chávarri del Castillo), la única peruana cuyo nombre resplandece en el paseo de la fama de Hollywood. Durante lo más intenso de la guerra fría, Ymac Sumac fue de los pocos artistas que tenía la libertad de saltar el telón de acero y ahcer conciertos tanto en Londres como en Leningrado. Su impacto en la cultura se debió especialmente a los registros imposibles de su voz. Unos saltos de graves a agudos que replicaban con acierto el canto de las aves de la selva amazónica, pero que también innovaban con formas de jazz y mambo. En la década de 1960 hubo una fuerte polémica entre Ymac Sumac y José María Arguedas sobre el purismo del canto, el cual el escritor peruano atado a su conservadurismo retrograda era incapaz de percibir las innovaciones que integraba Ymac Sumac al canto andino.
Siendo Perú un país machista, el reconocimiento a la figura de Ymac Sumac fue algo que ha demorado en fortalecerse más allá de los círculos melómanos. Personajes como el conductor de la televisión estatal, Francisco Molinari contribuyeron en la década del 2000 a revalorar el canto de Ymac Sumac. Hoy, es la cantante Sylvia Falcón la que nos trae de vuelta una memoria que más que peruana es latinoamericana, la de la figura de Ymac Sumac, en su centenario. Un centenario que pudo pasar desapercibido o incluso ni celebrarse. En Perú el ejercicio de la memoria es todavía flojo y la presencia de los nombres femeninos en la efemérides Peruana es todavía mínimo. Recientemente este año en el billete del Sol peruano aparecen las figuras de una historiadora polaca y una cantante apurimeña de valses. La primera aparición de una mujer en un billete peruano anterior fue y es la de la santa limeña, Santa Rosa de Lima, la única figura numismática en un país donde las mujeres apenas existen en el reconocimiento oficial. Por eso especialmente alegra y emociona que el único peruano que obtuvo reconocimiento internacional en vida y que fue una mujer, sea en su centenario recordada a través de precisamente la música. A través de una cantante que alcanza los imposibles registros cantorales de esa leyenda que fue Ymac Sumac.
Cuenta la leyenda que a los 12 años, Sylvia Falcón escuchó por primera vez el disco Mambo, de Yma Súmac, y que desde entonces se convirtió en su inspiración. La niña que fuera la primera voz en su colegio al cantar el himno nacional o recitará los heraldos negros de César Vallejo, luego crecería y se convertiría, como si del destino de un quipu atado por un apu se tratara, en la soprano que interpretará el desafiante repertorio de la princesa inca en el gran teatro nacional por sus cien años. Falcón es una soprano de coloratura, capaz de lograr registros agudos muy amplios. En 2015 llegó a interpretar a la diva de las cuatro octavas.
Temas como “Amor indio” o “Chuncho”, favoritos de la soprano, serán interpretados en el Gran Teatro Nacional. Concierto de Sylvia Falcón realizará el 24 de noviembre, a las 8 p.m.
En una declaración a un diario local peruano, Sylvia Falcón expresó: “Ella hizo de su arte algo inalcanzable y yo siento que ese tiene que ser el camino. Debe ser inalcanzable”.