sábado, 13 abril 2024
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La verdad contra el paredón

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Se reconoce que no puede hablarse de una verdad absoluta; pero aún en el caso que exista, es necesario el intercambio de ideas, el debate para reforzar la pluralidad de opiniones e información

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El pelotón de fusilamiento está listo para disparar. Apuntan, convencidos que la   descarga será simultánea. En el paredón se encuentra una mujer con los ojos vendados, vestida con harapos. Sostiene con sus manos un cartel en el que se lee “la verdad.”

Los miembros del pelotón usan uniforme. En la espalda están los nombres de cadenas internacionales y de algunas redes sociales. Este es un meme que ha tenido amplia divulgación- se ha hecho viral dirán algunos-convencidos que es cierto lo que ilustra.

La discusión sobre veracidad, exactitud de contenidos informativos es desde hace mucho tiempo tema de debate y polémica. Un antecedente fue la exigencia de veracidad de la información que propuso el entonces presidente de Venezuela, Rafael Caldera en una cumbre de mandatarios iberoamericanos en 1997, como una forma de hacer frente a los que catalogaba como abusos de la prensa.

La propuesta no fue apoyada y más bien el encuentro concluyó con el mandato de que se buscara un mecanismo de fomento, protección y promoción de la libertad de expresión. Un año después la Comisión Interamericana de Derechos Humanos definió las características y formas de financiamiento de la que sería la Relatoría Especial de Libertad de Expresión, instalada en 1999.

El artículo 7 de la Declaración de Principios de libertad de expresión plantea que la veracidad, oportunidad e imparcialidad como condicionamientos de los Estados no son compatibles con la libertad de expresión.

Se reconoce que no puede hablarse de una verdad absoluta; pero aún en el caso que exista, es necesario el intercambio de ideas, el debate para reforzar la pluralidad de opiniones e información.

De no hacerlo, sea cae en prácticas abusivas, totalitarias, propias de dictaduras o de esquemas descritos en obras como 1984, con ministerio de la verdad incluido.

¿Tal pluralidad está dada por la viralización de contenidos, el exceso de información que literalmente es producida cada segundo, las publicaciones que solo llevan una parte, las que no brindan el derecho de respuesta, las que atacan y usan adjetivos calificativos generalmente ofensivos?

La libertad de expresión es derecho que en principio no admite excepciones. Pero hay casos en los que sí. Entre estos, lo que afecte a los derechos y reputación de los demás, la seguridad nacional, el orden o la moral públicos.

Pero no es luz verde para aplicar sanciones o correctivos en forma arbitraria. No, tales disposiciones deben estar en una ley en forma expresa; un ejemplo es la Ley Especial de Rectificación y Respuesta vigente desde el año 2013.

En esencia, se   apela a mecanismos   de responsabilidad de los medios de comunicación. ¿Qué pasa con aquellas publicaciones de apariencia, pero sin contenido periodístico más   bien de propaganda, que inundan las redes sociales?

¿Se sienten exonerados de no actuar responsablemente? Esa es otra forma de poner a la verdad contra  el paredón.   

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Carlos Domínguez
Carlos Domínguez
Periodista salvadoreño; defensor de los derechos humanos. Colaborador y columnista de ContraPunto

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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