martes, 3 diciembre 2024

La experiencia de imprimir el periódico “˜Por La Causa Proletaria”™

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El concepto consistí­a en que cada militante era un propagandista que utilizaba el PLCP como un medio clandestino para desarrollar pensamiento propio, informar, sensibilizar, concientizar, educar, reclutar, organizar y movilizar a los sectores más avanzados de la población

Los antecedentes de Por La Causa Proletaria se remontan a los primeros años de formación del ERP, de 1970 a 1971 se publica EL COMBATIENTE como órgano central de propaganda del ERP, y luego en octubre de 1972 se edita el periódico POR LA CAUSA PROLETARIA como expresión de la lí­nea politica de masas de Resistencia Popular anti fascista, periodo que culmina en mayo de 1975 luego del asesinato de Roque Dalton (Julio Dreyfus Marí­n) y Armando Arteaga (Pancho), de 1976 al 10 de octubre de 1980 es el periodo de divulgación de PLCP como órgano de la Resistencia Nacional, de 1980 a 1989 es el periodo de difusión de PLCP como Órgano Polí­tico Ideológico de la RN ““ FMLN.

El concepto de propaganda aplicado consistí­a en que cada militante era un propagandista que utilizaba el PLCP como un medio clandestino para desarrollar pensamiento propio, informar, sensibilizar, concientizar, educar, reclutar, organizar y movilizar a los/as lideres/as más relevantes y a los sectores más avanzados de la población.

La plana de redacción de PLCP estaba integrada por la Dirección Nacional Ejecutiva ( Lil Milagro Ramí­rez, Eduardo Sancho, Alejandro Rivas Mira (Sebastián Urquilla) traidor, autor intelectual del asesinato de Roque y Pancho), y de algunos militantes; quien estaba a cargo era Lil Milagro Ramí­rez (Haydee o Miriam), nos reuní­amos previamente con ella, algunos artí­culos los redactaba Lil, la capacidad de análisis, sí­ntesis y redacción de Lil era impresionante, verla producir en esas condiciones de persecución, clandestinidad y carencias era admirable, estimulante y retador, luego de una discusión de una hora sobre determinada situación, Lil sacaba su maquinita de escribir portátil marca Olivetti y en una hora ya habí­a escrito 10 o 15 páginas, ella distribuí­a entre los miembros de nuestro colectivo los temas a incluir en el periódico, en una oportunidad me asigno un tema que era el análisis de coyuntura incluyendo la posición de La Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) aplicando las 5 tesis filosóficas de Mao. En otra ocasión me entrego un libro sobre la Resistencia Francesa al facismo para que escribiera un artí­culo al respecto.

Nuestro colectivo entre 1972 a 1975 estaba integrado por los estudiantes y ahora profesionales: Licdo. Roberto Cañas (Rubén), Dr. Sergio Cañas (Rolando) (ya fallecido y hermano de Roberto) maestro emérito de la Facultad de Medicina de la UES y de la UCA, y el Dr. Herbert Guzmán (Juan o Jaime), el responsable era Roberto y Lil Milagro (Haydee o Miriam), capturada en noviembre 1979 y desaparecida, era la encargada de la célula. A este equipo le correspondí­a entre otras, la tarea de imprimir el periódico PLCP. Sin duda alguna después de Lil era Sergio Cañas quien más aportaba al análisis y a la redacción.

Previo a cumplir la tarea de imprimir el periódico nos reuní­amos en la clandestinidad, allí­ planeábamos como ingresar al centro de impresiones, definí­amos el dí­a, la hora, la ruta por la que í­bamos a llegar, la leyenda de cada uno de nosotros, la ropa a usar, como viajarí­amos si cada quien por su lado o en grupo, que hacer si éramos detectados en el trayecto, repasábamos el lugar en donde pondrí­amos la señal de alarma para no entrar al centro, en este caso era en un poste, las señales y su significado, las rutas de retirada y la fecha hora y lugar de recontacto en caso de dispersión y emergencia. Además se definí­a el plan de defensa y retirada en caso de que el centro fuera detectado y atacado por el enemigo, se especificaban las armas que portarí­amos en donde y como se recogerí­an y luego se devolverí­an; y se distribuí­an las tareas de quien llevaba el papel, la tinta, los esténciles, el estilete, el sello y la almohadilla, el corrector.

El  Centro de Impresiones de PLCP estaba situado en Santa Tecla, entre la intersección formada por la Calle Panamericana y la 12 Avenida Sur en dirección a la Colonia Quezaltepec, la hora de llegada era escalonada y utilizábamos distintas rutas para llegar. Una de ellas era por la Calle Panamericana en la parada de buses que estaba ubicada en donde ahora es el centro comercial Holanda, que era la más próxima al centro de impresión, allí­ se bajaba alguien cruzaba a mano derecha sobre la 12 avenida y se caminaba hasta el poste escogido para colocar las señales, si no habí­a alarma, se procedí­a a encaminarse con cautela y no directamente al local.

El centro de Impresión estaba ubicado en una pieza de mesón, que quedaba un poco aislado de las demás piezas, y estaba adaptado como vivienda, habí­a muebles rústicos de sala, de comedor, libreras, cocina, mesas, tení­a un cuarto grande, baño y un corredor que daba a un patiecito o gramalito al interior y al muro de la  calle. Esto nos permití­a observar los movimientos en la calle al frente  de la pieza y al costado norte, mientras que por la puerta de entrada a  la pieza, observábamos los movimientos al interior del mesón.

Para  imprimir usábamos un mimeógrafo manual, el cual tení­amos oculto en un mueble disfrazado de mesa, cuando la impresión la hací­amos de noche, el problema del ruido que hacia el mimeógrafo era infernal y nos delataba, así­ es que para evitarlo tení­amos un tocadiscos portátil y un único disco, que era el Long play de la orquesta de los Hermanos Flores de la canción La Bala que sonaba hasta media noche, pero el tocadiscos estaba dañado y la velocidad que era de 33 revoluciones por minuto era variable  y distorsionaba el sonido grandemente y aquello se convertí­a más en una  tortura más que en un encubrimiento.

El formato de PLCP era de una página de papel bond tamaño oficio, de cuatro hojas así­ es que la impresión era muy cuidadosa, ya que debí­amos tener cuidado con poner los  números de página en correlativo y de no imprimir la contracara al revés, aparte de cuidar que no se manchara o se regara la tinta sobre la  escritura. El paso final era poner el logo en la primera página, el cual lo hací­amos utilizando un gran sello de 15 por 10 cm de tamaño.

Al  terminar procedí­amos a limpiar y ordenar meticulosamente sin dejar ningún rastro de impresión, Dormí­amos por turnos haciendo posta, vestidos con ropa y zapatos puestos, no desayunábamos porque no tení­amos  dinero, para no hacer ruido no nos bañábamos y salí­amos antes que la gente del mesón comenzara sus actividades domésticas y laborales.

Antes  de salir preparábamos los paquetes de PLCP, tanto los que nos llevarí­amos nosotros como los que quedaban en el local para ser recogidos por otros compañeros/as que utilizaban el local con otros fines, entre ellos Lil Milagro, Carlos Arias, Roque Dalton, el Chino Quan. Limpiábamos el lugar de huellas y otras evidencias personales. La retirada del Centro de igual manera era escalonada y en orden y bajo las  medidas de seguridad planeadas.

Luego venia la tarea de distribuir el PLCP, a nosotros nos tocaba distribuir en la Universidad, ya fuera en forma masiva, en la respectiva célula, en la U o cara a cara  con algunos colaboradores de mucha confianza.

La distribución masiva en la Universidad, la hací­amos en operativo de seguridad acompañados al menos de un/a compañero/a más, a veces se empaquetaban los PLCP en cajas que colocábamos en algunas facultades y luego las hací­amos explotar, lo cual generaba una gran sorpresa y algarabí­a en la facultad, a veces con malos resultados porque con el bombazo se destruí­an parte de los periódicos.

Ocasionalmente se distribuí­a el  PLCP en algunos centros de trabajo o paradas especí­ficas de buses, y consistí­a en una tarea de propaganda armada la que se cumplí­a planificadamente en células de al menos tres compañeros/as.

Este local utilizado como Centro de Impresión funciono desde 1973 hasta mayo de 1975 y en el vivenciamos toda la crisis polí­tica ideologica y militar  gestada dentro del ERP, que culminara trágica y dolorosamente con el asesinato de Roque Dalton y Pancho y con el intento de asesinarnos a Lil, Roberto, Sergio y a mí­, por no compartir la tesis militarista del ERP y estar en desacuerdo y rechazar el asesinato de Roque y Pancho.

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