lunes, 6 mayo 2024
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La ausencia y falta de control del Estado Salvadoreño en el territorio

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En la última semana se registran como casos más relevantes  de inseguridad y violencia  la Colonia Montreal en Mejicanos con agresiones sexuales a una enfermera y tres estudiantes de enfermerí­a  del Ministerio de Salud, ametrallamiento de un microbús en Ilopango asesinando al motoristas y tres estudiantes heridos, asesinato de un taxista en Mejicanos, paro de buses ruta 302 y 185 Usulután, asesinato de dos agentes de seguridad privada, y un elemento de la Fuerza Armada, mucho para menos de siete dí­as; pero estos casos son un claro ejemplo que existen muchos sectores en todo el territorio nacional en donde el Estado Salvadoreño está ausente desde el siglo anterior y nunca regreso.

Ante la ausencia del Estado alguien lo ocupará  y en el caso de nuestro paí­s ese vací­o lo asumió  el crimen organizado y las pandillas; en estos espacios en zonas sub urbanas y rurales principalmente se cometen: pagos de peajes para circulación de personas y taxis, renta, privaciones de libertad, por medio de la extorsión y asesinados han quebrado y desplazado a los micros y pequeños empresarios quedándose ellos con los negocios logrando monopolios y obligando a la comunidad a comprarles solo a ellos generando economí­as paralelas, medidas de seguridad paralelas, sistemas de recaudación paralelos y efectivos el retraso o no cumplimiento se paga con la muerte misma. En resumen el crimen organizado se disputa el monopolio del uso de la fuerza, es funcionalmente un estado fallido en muchas zonas del paí­s.

La mal denominada tregua que cinco años después de su finalización vuelve a ocupar maderas en periódicos y tiempo al aire en la televisión y radio potenció, y consolido el control del territorio ya que durante dieciocho meses les permitió operar con completa impunidad, expandir sus operaciones criminales, lograr mayores miembros, posicionarse como referentes e í­conos de la juventud para finalmente lograr la consolidación de lo que denomino la etapa o generación de la vida polí­tica de las pandillas. 

En este contexto de ausencia del estado la población tiene tres opciones ante la frustración se rinde y se acostumbra,  se defiende o sigue esperando que el Estado cumpla con uno de sus deberes fundamentales que es brindar seguridad; que irónico resulta pretender las propuestas o apoyos de recuperar el territorio facilitando la legalización y armamento para civiles para darle vida legal a grupos ilegales armados denominados defensas civiles lo cual en lugar de que el Estado retorne se le delega a civiles que sean ellos que combatan, enfrenten y vean como salen con los grupos criminales. La participación ciudadana es vital para ello deben de facilitar la organización de la comunidad.

Es vital revisar los planes de seguridad en el combate y represión los municipios intervenidos deben de ampliarse, la presencia del FIRT, FES, GCAC, Policí­a Comunitaria respetando los derechos humanos y la Constitución; solo combatiendo los factores criminógenos de manera efectiva involucrando las Ciencias Forenses y sus auxiliares se podrán revertir las causas de origen; la prevención debe de profundizarse pero con reforma profunda al modelo educativo y llevando a las comunidades más necesitadas los servicios básicos asistenciales del Estado. El  gobierno que brinde las condiciones y el clima para que la empresa privada genere empleo e inversión.

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Ricardo Sosa
Ricardo Sosa
Máster en criminología , experto en seguridad pública, nacional y ciudadana. Columnista y analista de ContraPunto

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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