El Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), la tiene difícil. En diez años de Gobierno se desgastó más rápidamente que su principal opositor, Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), que estuvo 20 años en el Ejecutivo.
Y si bien el panorama para ambos partidos no es muy alentador para las elecciones de alcaldes y diputados en el 2021, al partido de izquierda le afecta la sombra del expresidente Mauricio Funes, recientemente nacionalizado nicaragí¼ense.
Al exmandatario, que gobernó entre 2009-2014, lo acusan de peculado y lavado de dinero, por una cantidad estimada en $351 millones de recursos del Estado.
El septiembre de 2016, el gobierno del presidente de Nicaragua Daniel Ortega le otorgó asilo político y el 30 de junio fue nacionalizado.
El coordinador del Consejo Nacional de alcaldes del FMLN, Fidel Fuentes, dejó claro que si exfuncionarios de su partido son juzgados y condenados no los van a defender ni respaldar.
Pero también pide que no se juzgue a un partido político por la conducta de algún exfuncionario porque son dos cosas diferentes.
“Se acusa al FMLN de robar, de corrupción, pero nadie ha sido condenado todavía de las gestiones en el Ejecutivo”, aclaro.
Reconoce que “desgraciadamente estamos pagando esa factura y se ha pagado más caro con el caso del señor Mauricio Funes, pues si ustedes recuerdan, el secretario general le dio el apoyo para su exilio, y esas cosas han pesado y se tendrán en la memoria histórica que dañaron al pueblo”.
Fuentes enfatizó que el FMLN no se ha robado nada, y una acusación del presidente Nayib Bukele en esos términos es irrespetuosa para el partido, querrá él referirse a exfuncionarios pero no tiene por qué decir FMLN.
Agregó que, un presidente empiece a involucrarse en una campaña política no es un buen mensaje, no puede acusar al partido como tal, hacer una acusación a toda la figura que representa parece fuera de tono.
“Lo que está haciendo Nayib Bukele es bastante polémico y un ataque bastante artero”, comentó.
Fuentes señaló que el partido está en una situación de crisis en términos de recursos, en reorganización y en expresiones de grupos que por años han venido identificándose por ciertos liderazgos.
Por el momento, están en una transición y adaptándose a una nueva dinámica, es decir verse como una oposición y no en el poder, un partido en crisis relegado a una tercera posición.
La recuperación electoral del FMLN, su imagen como tal no será inmediata, será una recuperación pausada de acuerdo a como vayan recuperando territorio y la confianza de la población. Por eso afirma que la tarea es limpiar esa imagen y tratar de recuperar el terreno perdido.