Las pandillas no son las únicas facciones involucradas en la violencia que aqueja a El Salvador, así lo dice la publicación del periódico internacional The Guardian, medio que señala que las fuerzas de seguridad también tienen sitiadas a las comunidades y que “ser joven y varón es motivo suficiente para ser arrestado, torturado o asesinado”.
The Guardian relata entre sus historias de la realidad en el país, la historia de un joven que, según su madre y otros testigos, fue asesinado por un grupo de soldados que llegó a una comunidad del Distrito Italia donde un grupo de adolescentes estaban departiendo en una fiesta.
“La promesa del Gobierno de aplicar mano dura contra las pandillas parece haberse convertido en una política de tirar a matar en la que todos los que viven en vecindarios controlados por pandillas corren el riesgo de morir víctimas de la violencia extrajudicial”, se lee en la publicación.
El medio internacional hace una comparación entre la realidad actual en El Salvador y el tiempo del conflicto armado.
Señala que durante la guerra civil, se describía el conflicto con términos de la guerra fría: el Gobierno se refería a sus enemigos como terroristas. Una ley aprobada el año pasado estableció que las pandillas fuesen tratadas como “grupos terroristas”.
La directora de investigación en la ONG de prevención contra la violencia Cristosal, Jeanne Rikkers, le dijo a The Guardian que “en la década de los ochenta, tener el pelo largo y llevar un libro te convertía en un objetivo. Hoy en día, ser joven te sigue convirtiendo en un blanco”.
Rikkers apuntó que parece ser que el discurso público es beligerante y está centrado en eliminar a pandilleros, más no a acabar con el crimen. “El enfoque de mano dura no ha funcionado y no va a empezar a funcionar repentinamente en el futuro; mientras tanto estamos haciendo la vista gorda frente a graves abusos de derechos humanos”, señaló.
Según daos oficiales de la Policía Nacional Civil (PNC), el año pasado, de enero al 1 de octubre, la Policía había reportado 469 enfrentamientos, en los que murieron 429 pandilleros.
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