Porque no se puede vivir sin creencias ni identidad
Ideología es el conjunto de contenidos de conciencia (ideas) que le da identidad a cada ser humano. Esos contenidos pueden ser políticos, religiosos, estéticos y demás. La ideología es convicción por la vía de la creencia. Es subjetividad. Las ideologías suelen compartirse y organizarse grupalmente, lo cual las lleva a ser sistematizadas por intelectuales orgánicos con los grupos que históricamente las producen, formando así sistemas de creencias compartidas popular o elitistamente. Por este camino, las ideologías se vuelven escalas de valores, y paradigmas. Y se tienden a irradiar por medio de la propaganda en todas sus formas. En sus expresiones más extremas, las ideologías llevan a fanatismos, fundamentalismos y esencialismos de todo tipo. Y, en el caso de las ideologías políticas y religiosas, es frecuente que desemboquen en guerras. Las ideologías son fundamentales en la formación de las identidades de las personas. La identidad se remite a la convicción acerca de quiénes somos en el plano nacional, religioso, racial, étnico, político, moral. Y tienen que ver con cómo imaginamos relacionarnos con el mundo. La ideología no se limita a las creencias políticas, de modo que es una tontería hablar de “ausencia de ideologías”.
El neoliberalismo dice que ya no existen las ideologías refiriéndose a las convicciones políticas llamadas de izquierda y derecha, las cuales se remiten (la primera) a la creencia de que las mayorías pueden llegar a vivir con bienestar y (la segunda) a que eso está circunscrito a las élites económicas por una ley natural. De estas convicciones se desprenden todo tipo de acciones sociales que llevan al enfrentamiento entre élites y pueblos. Es fácil deducir de todo esto que mientras exista un sistema basado en la apropiación privada del producto del trabajo socializado, estas ideologías pervivirán. Y que, consecuentemente, la idea de que ya no existen estas ideologías es parte de la ideología de las derechas, que se encargan de preservar un sistema basado en el despojo del trabajo ajeno.
Es imposible no tener ideología como lo es no tener identidad. Ambos asertos son absurdos catedralicios. Porque el ser humano no puede vivir sin creencias. El que haya izquierdas vendidas a las derechas no anula la ideología de izquierda, aunque sí fortalece la ideología de derecha. La ideología de no tener ideologías es pues puro derechismo. Porque lo que se vende como ausencia ideológica supondría que la contradicción que da origen a izquierdas y derechas ya haya sido superada, y eso a todas luces es falso. Cuando a usted le hablen de un proyecto político sin ideologías, póngase en guardia. Si se lo dice un derechista, es un neoliberal de hueso duro. Y si se lo dice un izquierdista, es simplemente un asqueroso traidor.