El pasado 08 de octubre nos desayunamos con la noticia que la flamante ganadora del Nobel de Literatura es la poeta estadounidense Louise Glück, de quien la Academia Sueca dijo que fue elegida «por su inconfundible voz poética, que con austera belleza hace universal la existencia individual».
Más allá de ser una escritora casi desconocida para todo el mundo hispano parlante (lo cual invita a leer sus libros), es meritorio saber que, en los últimos tres años, otra mujer es la galardonada del máximo premio de las letras a nivel mundial.
En ese sentido, al hacer un recuento de todos los ganadores del Nobel de literatura ‒iniciado en 1901 con Sully Prudhomme‒, descubrimos que de un total de 117 premios solo en 16 ocasiones esos premios han sido para mujeres. 16 de 117. Vemos pues que el Nobel de Literatura ha sido, casi exclusivamente, un premio para hombres. Por tal motivo, es muy alentador que en esta ocasión una mujer haya vuelto a acreditarse con tal galardón.
La relación de las mujeres con la literatura ha sido, como en casi todas las áreas de incidencia social, una relación desigual, en la que siempre han estado supeditadas a las decisiones masculinas. Al ver las historias de estas 16 mujeres, vemos que de no ser por el tesón, el creer en su obra y en la profunda fe en la escritura, quizá nunca hubieran alcanzado el Olimpo literario y hubieran desaparecido entre las labores domésticas y la crianza familiar.
En las vidas de estas escritoras hay historias de lucha y sacrificio. Por ejemplo, la italiana Grazia Deledda, ganadora del Nobel en 1926, no estudió más que la enseñanza básica, pero con dedicación logró ser autodidacta. En 1928, la danesa Sigrid Undset fue la ganadora del prestigioso premio literario; sin embargo, ella siempre quiso ser pintora, pero su esposo le impidió que continuara con su carrera artística al nacer su primer hijo. En 1996, el premio recayó en la poetisa polaca Wislawa Szymborska, quien no pudo acabar sus estudios universitarios por falta de recursos. Doris Lessing, Nobel del 2007, fue una escritora autodidacta, que se formó con las lecturas de libros que compraba vía correo.
Todas estas escritoras, y otras tantas que no ganaron el Nobel, pavimentaron el camino que hoy estamos transitando. Hoy que la voz de la mujer se alza potente y clara, vemos que es el momento de las escritoras. A nivel de Latinoamérica, actualmente podemos afirmar con certeza que estamos viviendo un nuevo Boom Literario, es el boom de las escritoras: Narradoras, poetas y ensayistas nos presentan sus obras, con las cuales quieren reivindicar a sus congéneres, desde su propia visión. Ya no más la del hombre, ya no solo la del escritor. Hoy que asistimos a un aumento de la discriminación, de los ataques a las diferencias y a las minorías, estas escritoras visibilizan la violencia, el hartazgo y las reivindicaciones de las mujeres que deberían ser, al fin y al cabo, las de todos.
Hoy debemos leer los libros de Fernanda Melchor, Samantha Schweblin, María Fernanda Ampuero, Lina Meruane y Eva Baltasar. Pero también debemos leer a Aida Párraga, Elena Salamanca, Claudia Hernández, Susana Reyes, Jorgelina Cerritos y Vanessa Núñez Hándal, por mencionar algunas de las escritoras que en El Salvador también están trabajando una literatura renovada, con voz propia y que responde a sus respectivas búsquedas estético-literarias.
Sabemos que a lo largo de la historia las mujeres han sufrido un sistema legitimado por la propia sociedad y desde el cual han estado sometidas, casi por completo, a los designios de los hombres. La literatura no ha sido ajena a ello. Recordemos: 16 de 117. Por eso, debemos celebrar el protagonismo que hoy están teniendo las escritoras en la literatura mundial; protagonismo que siempre merecieron, pero que la potestad masculina siempre les negó.
Estas escritoras están tomando el espacio que por derecho les corresponde y están haciendo una literatura fecunda, con la cual buscan romper el silencio bajo el cual han estado sometidas durante siglos. Una literatura cuestionadora, que busca visibilizarlas y visibilizar lo que significa ser mujer en sociedades como las nuestras.
Noticias como la del Nobel a Louise Glück son tan alentadoras, pues nos indican que es el tiempo de la voz de las escritoras. Y, atentos, debemos escucharlas.