martes, 10 diciembre 2024

El Profe evalúa la situación

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El Profe, un salvadoreño casado con una chilena, quien se encontraba como preso polí­tico en Chile, trató de hacer una evaluación del momento que estaba pasando el movimiento revolucionario en ese paí­s.

Habí­a pasado tres semanas después del golpe de estado dirigido por el Ministro de la Defensa General Pinochet; el Presidente Salvador Allende habí­a muerto, junto a varios compañeros que lo acompañaban, tratando de defender con las armas las oficinas de la Presidencia; los pocos militares que no se habí­an sumado a esta acción militar estaban detenidos y enfrentaban un juicio militar, al igual que los civiles nacionales o extranjeros  calificados como “terroristas” por los militares; unas pocas estructuras polí­tico militares de izquierda  habí­a tomado las armas en todo el paí­s, las cuales habí­an sido rápidamente neutralizadas o eliminadas por los militares; se estimaba que habí­a al menos una decena de miles de presos polí­ticos que formaban parte de las estructuras superiores de los partidos polí­ticos que formaban la Unidad Popular,  principalmente en las grandes ciudades como Santiago, Concepción y Valparaiso; los medios de comunicación que apoyaban al Presidente Allende habí­an sido silenciados.

Especí­ficamente en Arica, una ciudad relativamente pequeña, nadie habí­a tomado las armas para defender al gobierno revolucionario; se habí­a acumulado aproximadamente trescientos cincuenta hombres y cincuenta mujeres como presos polí­ticos en las cárceles de la ciudad; cientos de mujeres estaban confinadas en sus casas bajo vigilancia militar, al igual que la esposa del Profe; se tení­a información que cinco militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) habí­an sido asesinados en un lugar del desierto de Atacama, a unos ciento cincuenta kilómetros al sur de la ciudad; todas las universidades públicas y privadas habí­an sido intervenidas militarmente, la mayorí­a de militares que estudiaban en dichas universidades estaban confinados en sus cuarteles mientras se les investigaba;  la inteligencia militar estaba interesada en identificar a los militantes de izquierda que formaban parte de las estructuras de defensa de la revolución, decí­an que existí­a un Plan para dar un autogolpe militar y enfilar el gobierno de Allende hacia una revolución socialista.

La cárcel donde estaba preso el Profe era la Penitenciaria de la ciudad, se habí­a dedicado un área de la misma para  presos polí­ticos, tres celdas para hombres y una para mujeres, no se tení­a comunicación con las compañeras, pero  se escuchaba algunos de sus lamentos de dolor durante las noches; se tení­a conocimiento que habí­a algunos reos en celdas aisladas o de castigo, pero no se sabí­a quiénes eran y por qué los tení­a en esa condición. Se habí­an roto todas las lí­neas jerárquicas entre los reos polí­ticos; el problema principal de convivencia era los permanentes conflictos entre reos de diferentes partidos e incluso  dentro de cada partido, echándose culpas por su participación y desempeño polí­tico durante los años anteriores; la solidaridad habí­a caí­do a niveles muy bajos, los reos se peleaban por el espacio dentro de la celda, por la prioridad para hacer las necesidades fisiológicas todas las mañanas, por los pequeños espacios de sombra cuando los sacaban al patio donde existí­a una cancha de basquetbol y unas graderí­as de madera, así­ como para hacer la cola y recibir la única comida diaria.

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Santiago Ruiz
Santiago Ruiz
Columnista Contrapunto.
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