El descontento reina entre la población mexicana, saqueos y a una psicosis generalizada tras el repunte de los precios de la gasolina se han convertido en un dolor de cabeza para el Gobierno.
La jornada de bloqueos y protestas por el alza a las gasolinas se registró en 19 estados del país y dejó al menos 392 detenidos, 15 heridos en enfrentamientos con la policía, cuatro agentes retenidos, cuatro muertos y pérdidas económicas incuantificables en siete estados por saqueos.
El Gasolinazo
El pasado 27 de diciembre, el Gobierno mexicano anunció una reforma del mercado de la gasolina con el que se busca acabar con el monopolio del sector de Pemex. El 1 de enero, sin más dilación, entró en vigor una subida de los carburantes de entre el 14.2% y el 20.1%. Se trata del mayor incremento del precio de este producto en casi 20 años.
Ahora habrá hasta 90 tarifas distintas, según cada región. Los precios se mantendrán inalterables hasta mediados de febrero y, luego, ya se ajustarán diariamente atendiendo a tres criterios: el coste de mercado, el del transporte y almacenamiento y el impuesto a la gasolina.
El Gobierno pretende que donde hay sólo una empresa y un precio fijo haya competencia y precios variables, eso es lo que ha defendido Peña Nieto. Afirma ha destinado US$53.000 millones entre 2006 y 2014 sólo para "evitar" que subieran los precios del crudo, un subsidio que ya era "imposible" de mantener.
Para mantener el precio, añade, tendrían que subir otros impuestos o hacer recortes en políticas sociales. Se ha establecido un plan de cinco fases para ir aplicando este nuevo modelo a lo largo de 2017, cuando originalmente no se iba a hacer hasta 2018.
Los efectos
Esta subida de precios ha provocado una ola de protestas ciudadanas, con cortes de carreteras, toma de gasolineras e incluso saqueos. Hay 500 detenidos por actos vandálicos y más de 250 comercios afectados por dichos daños, según datos oficiales.
El Grupo Gasolinero G500 ha anunciado el cierre de 400 de sus estaciones de servicio por amenazas o ataques, mientras Pemex ha pedido ayuda a las fuerzas del orden para que no se bloqueen los accesos a los puntos de almacenamiento y distribución..
Los ciudadanos temen que, en muy pocos días, la subida tenga un efecto multiplicador en el resto de precios, en productos y servicios que necesitan de la gasolina para existir, y que la inflación sea insoportable.
Pemex lleva 80 años de monopolio de la gasolina en México. Sólo en 2015, sus pérdidas fueron de 40 millones de dólares, según la cadena especializada Bloomberg.
Su deuda, añade, es de US$100.000 millones. Sus refinerías son tan viejas que apenas trabaja al 60% de su capacidad. Actualmente, pese a que México es el segundo país con más petróleo de América Latina tras Venezuela, tiene que importar seis de cada diez litros de los que consume el país, porque no tiene capacidad de refino.
Con el actual Gobierno, los precios de la gasolina ya han subido un 40%, los ciudadanos contaban con la promesa del actual presidente de bajar los precios de los combustibles, promesa que fue uno de sus ejes de campaña electoral desde 2012.
En 2013, aprobó una norma que abrió al libre mercado la explotación de hidrocarburos y electricidad y generó la expectativa concreta de menores precios de los combustibles. A partir de este año podrán haber gasolineras de otras compañías y en 2018 se liberará la importación de combustibles.