El Barcelona ha asestado un golpe de autoridad, no sólo en la liga, sino al fútbol español. Los catalanes vencieron al Real Madrid por segunda vez en menos de una semana en el Bernabéu y se consolidan en el liderato.
Las primeras señales de la noche no presagiaban un buen augurio para los blancos, ya que Lucas Vásquez, uno de los mejores hombres del duelo de media semana, tenía que dejar su sitio para el cuestionado Gareth Bale, que esta noche ha formalizado su ruptura con la hinchada blanca, debido al poco peso que tuvo durante el duelo.
Del otro lado, sólo había buenas vibras, Semedo cedía su lugar en banda derecha a Sergi Roberto, como preparativos para el regreso del brasileño, Arthur Melho, que volvió a erguirse como el supremo líder del centro del campo de los catalanes.
Con el himno de la décima sonando de fondo, ambos cuadros saltaron al césped del Bernabéu. El Madrid, al igual que en las semis de copa, tomó la manija del partido, mientras que la visita se replegó en su propio campo, aguardando con paciencia para dar el golpe letal, no sin antes pasar un par de sustos, primero con un disparo de Vinícius que se fue por encima del larguero y un remate de Modric, que cogió un efecto extraño al desviarse en Lenglet, pero Ter Stegen no se desesperó y contuvo el balón con propiedad.
Con Arthur como escudero, Busquets y Rakitic tenían completa libertad para deambular por toda la amplitud del terreno de juego. Sería el croata que aprovecharía mejor la situación y sobre el minuto 25 se apoderó del balón tras una mala entrega de Toni Kroos y acto seguido armó una brillante con Sergi Roberto para deshacerse de la marca de Sergio Ramos y encarar solo a Courtois al que venció con una sutil vaselina para abrir el marcador y sembrar el miedo en el coliseo blanco.
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Sensaciones de impotencia
Llegó el segundo tiempo, el Madrid seguía en la búsqueda del camino hacia el gol, que se hacía cada vez más difuso con el correr de los minutos, mientras que sus rivales seguían al acecho esperando un hueco para contraatacar, pero la descoordinación en el tridente Suárez, Messi y Dembélé, provocó que el Barca no lograra asestar el golpe definitivo.
El cronómetro continuaba en marcha y la desesperación acechaba, no sólo a los blancos, sino también a la hinchada merengue y pronto esa desesperación se transformó en reclamos y quien pagó los platos rotos fue Bale, que una vez más pasó desapercibido en el campo, por lo que acabó siendo sustituido por Marco Asensio y tuvo que dirigirse al banquillo en medio de la silbatina de la grada, que al mismo tiempo comenzó a clamar el nombre de otra de las figuras polémicas de los últimos meses, Isco y parece que Solari cedió ante la presión, ya que el malagueño saltó al rectángulo de juego a 15 minutos del final para intentar darle la vuelta a la situación.
Aún con la vuelta del ex del Málaga, los merengues no encontraron nunca la brújula, Vinícius fue el único que inquietó a Ter Stegen en todo el segundo tiempo, primero con un disparo colocado que el alemán repelió con una mano y luego aprovecharía una balón suelto de Piqué dentro del área, pero ahí estaba Lenglet para evitar la caída de la portería blaugrana y Undiano Mallenco pitó el final del partido.
Con esta victoria, el conjunto de la ciudad condal le saca 12 puntos a los madridistas en la tabla de la liga y de paso, le dieron vuelta a la serie histórica, ya que el triunfo de hoy es el número 97, por encima de los blancos que suman 96.