jueves, 25 abril 2024
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Diagnóstico del Sí­ndrome de Asperger en personas adultas

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Cuando un adulto es diagnosticado con Asperger es diferente. Los cí­rculos sociales cambian: están presentes el trabajo, la pareja, los hijos...

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¿Qué te da miedo? ¿Las alturas? ¿Los espacios cerrados? Imagí­nate sentirte así­ todos los dí­as de tu vida al tener contacto social. El temor a socializar es una de las principales caracterí­sticas del Sí­ndrome de Asperger.

Cuando la condición de Asperger se detecta en la niñez o en la adolescencia existen mayores posibilidades de que las personas alcancen un mayor desarrollo humano en su vida adulta; esto porque al elaborar las herramientas adecuadas en esas etapas en las que lo seres humanos somos más moldeables, los Asperger empezarán a estar más conscientes de sus diferencias, mismas que no los hacen “inferiores” o “raros”.

Pero, ¿qué pasa cuando esa sensación de temor dura toda la vida por la falta de un diagnóstico adecuado? Un adulto necesariamente debe establecer relaciones sociales en muchos ambientes y la falta de herramientas, además del temor ya mencionado, le generará constantes frustraciones en su vida diaria.

Los trabajos que se llevan a cabo para la atención de la comunidad Asperger son enfocados en su mayorí­a a los periodos de la niñez y la adolescencia, pero es importante tener en cuenta las dos siguientes condicionantes: 1) que un niño con Sí­ndrome de Asperger será un adulto con Asperger, y, 2) la condición de Asperger es invisible, y por ello en la adultez las dificultades para socializar se atañen al carácter de la persona, en lugar de buscar una explicación alterna.

Pero, es muy importante extender la visibilización en nuestra sociedad del Sí­ndrome de Asperger sobre otras etapas de la vida, pues hasta la adolescencia la socialización se puede concentrar en tres cí­rculos sociales: la familia, la escuela y la relación con el género opuesto. Cuando un adulto es diagnosticado con Asperger es diferente. Los cí­rculos sociales cambian: están presentes el trabajo, la pareja, los hijos (por mencionar los mí­nimos), y además se encuentra la variante de la autosuficiencia, como puede ser la económica, emocional, de salud y cualquier tipo de responsabilidad dependiendo del ámbito en que cada Asperger se desempeñe.

Cuando los adultos recién diagnosticados con Asperger hacen retrospectiva sobre las dificultades que han tenido durante toda su vida para conservar y desarrollarse en un trabajo, con una pareja, en los estudios, las relaciones con los hijos y demás integrantes de la familia y amistades, se dan cuenta que todo tiene una explicación lo cual los libera del sentimiento de culpa al que han sido sometidos.

Hay un giro de 180 grados en sus vidas, porque todas las limitantes que han impedido la realización de proyectos, intereses o simplemente hobbies, desaparecen y se abren posibilidades infinitas para crear un nuevo proyecto de vida junto a sus seres queridos.

En mi caso, el haber sido diagnosticado en el año de 2016 a los 44 años, me permitió comprender que las siguientes caracterí­sticas no deben ser una limitante en mi vida:  

Dificultades para llevar a cabo actividades cotidianas en el área social, afectiva y motriz; olvidar con facilidad rostros de las personas; mezclar palabras, inventar nuevas, utilizar palabras poco usuales, hablar con tono fuerte y monótono; dificultades para "leer entre lí­neas"; me gusta ver caricaturas; evito conversaciones largas; me es más fácil entender información concreta, breve y directa; me duele la cabeza cuando dos o más personas me hablan al mismo tiempo, entre otras.

Uno de los proyectos que han surgido a partir de conocer mi condición de Asperger es crear la asociación civil Soy Asperger A. C., para llevar a cabo trabajos en favor de la comunidad Asperger en temas de visibilización e inclusión social para adultos.

Si bien existen instituciones que han comenzado a trabajar en desarrollar herramientas y estrategias para adultos como Asperger México A. C., es en la cotidianidad y por parte de la sociedad donde se debe generar cambio para dejar de dividir a los individuos en con o sin Asperger, sino simplemente reconocernos todos como personas nada más.

Por último, ser Asperger no es ser tí­mido; eso se puede quitar. No es como tener "baja autoestima". Puedes aprender a tener mejor percepción de ti mismo. El Asperger es una condición de vida, que me hace ser lo que soy; que explica por qué soy como soy, y que a fin de cuentas determina todos los rasgos de mi persona y mis relaciones sociales.

Flor de Loto: Tengo una nueva relación”¦ con la vida.

 

(*) Armando Hernández Cruz es Licenciado, Maestro y Doctor en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México. Es Especialista en Derechos Humanos y Derecho Constitucional. Actualmente se desempeña como Magistrado Presidente del Tribunal Electoral del Distrito Federal, y a partir de haber sido diagnosticado con el Sí­ndrome de Asperger en abril de 2016, creó la asociación civil Soy Asperger A. C. para llevar a cabo labores en favor de dicha comunidad.

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El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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