martes, 22 abril 2025
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Conjeturas del retumbo

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"Los salvadoreños no estamos acostumbrados a las explosiones, por lo menos la generación actual, no": Carlos Imendia.

Por Carlos F. Imendia.

Los salvadoreños no estamos acostumbrados a las explosiones, por lo menos la generación actual, no. Pero los que ya vivimos la última fase del conflicto armado antes de 1992 (Acuerdos de Paz) si recordamos esas explosiones, muy potentes que hacían vibrar las ventanas, y siempre surgía la pregunta: ¿Dónde habrá sido? Casi siempre los objetivos de estas explosiones, era las famosas cajas telefónicas de ANTEL, los postes, o torres de la línea primaria de la energía eléctrica. No me quiero imaginar la magnitud de energía de la explosión que hizo colapsar el famoso Puente de oro en el oriente del país.

En la relativa paz, si han habido explosiones que han asustado a los salvadoreños, como la que ocurrió en los almacenes de Caballería (2015), en donde hacían trabajo de soldadura y una chispa alcanzó un depósito de armas, la explosión fue tan fuerte que muchas vivienda resultaron dañadas en Lourdes y Ciudad Arce, incluso techos o duralitas como le llaman comúnmente fueron arrancadas y la población le exigía al gobierno de turno (del Frente) indemnización. A pesar de la distancia de la capital y con el volcán de San Salvador en medio de los municipios, la explosión se hizo sentir y poner en alerta a la gente.

La Fiscalía le pidió la ayuda a la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de EE UU.

También hay explosiones en las que la autoridades avisan, como cuando dinamitan roca para construir una carretera, en muchas ocasiones dan aviso de que así será. Incluso en eventos o espectáculos públicos como el show aéreo, había explosiones de gran magnitud que cerraban espectacularmente la jornada.

Los recientes retumbos que muchos hemos escuchado a finales de noviembre y principios de diciembre, nos han hecho recordar el conflicto armado, pero también hacer algunas conjeturas, la principal de todas que se pueda tratar del volcán de San Salvador, o de la temible caldera de Ilopango o el Cerro de San Jacinto (Que escucharon antes del terremoto del 86) . Por otra parte, han salido a flote otras un tanto descabelladas, como de que los chinos pudieran estar al interior de los cráteres volcánicos, dinamitándolos para iniciar el proyecto de la minería y la búsqueda de oro. Otras también asociadas al tema de la minería metálica ante el anuncio del Presidente la semana pasada, que bajo nuestros pies existe una riqueza descomunal de metales preciosos, de la que Dios nos ha previsto y que habrían iniciado las operaciones y la logística de extracción. Conjeturas poco probables porque antes tendrían que aprobar los diputados nuevamente la Ley a favor de la minería metálica, algo que aún no ha sucedido.

Lo que sí ha fallado es la comunicación, porque no existe una postura oficial, y muchos pueden decir de que hasta se trate de un mecanismo de cortina de humo para desviar la atención de un tema en agenda. El país es demasiado pequeño para no saber qué pasa.

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Carlos F. Imendia
Carlos F. Imendia
Comunicador, publicista y mercadólogo salvadoreño; columnista y colaborador de ContraPunto

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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